En 2015 John Arne Sæterøy “Jason” (Molde, Noruega, 1965) cumplió 50 años para celebrarlo y como reto se planteó hacer el camino de Santiago. Desde Roncesvalles a Finisterre. La buena noticia, para nosotros, es que decidió hacer un tebeo para relatar su experiencia. El Camino de Santiago tiene siglos de historia y se ha convertido en un reto asequible donde se dan la mano el misticismo y el turismo rural. Existe abundante literatura alrededor de esta gesta e incluso películas (The Way, 2010) con estrellas de Hollywood como Martin Sheen. Las motivaciones para afrontar esta “aventura” pueden ser de diversa índole y en este sentido Jason lo deja bien claro desde el principio; su búsqueda consiste en superar su introversión y conocer gente. Tarea relativamente sencilla durante la realización a pie del camino.
Al margen de presentar los paisajes y sus peripecias viajeras, con la soltura a la que nos tiene habituados, Jason nos hace partícipes también del periplo que supone conocer gente, superar la timidez y entablar conversaciones con desconocidos. Todo esto revestido con su característica agudeza, ese sentido del humor seco del que es difícil saber cuánto hay de nórdico y cuánto de personal.
Quizás esta obra nos dé más pistas para solventar el dilema, al tratarse de su trabajo más autobiográfico hasta la fecha, en el que además se presenta más desnudo y alejado de los referentes pop habituales. Eso sí, sin traicionar su esencia.
El giro más pronunciado de esta obra es básicamente argumental porque a nivel formal volvemos a encontrar los mecanismos narrativos habituales de Jason: Los personajes antropomórficos (al igual que hace su colega Lewis Trondheim, con el que también comparte en esta ocasión la aproximación autobiográfica) el blanco y negro, la línea clara de precisión milimétrica, sus habituales planos y una paginación de pocas viñetas que casa con el formato de libro escogido.

A pesar del humor, el camino no deja de tener su parte contemplativa, de búsqueda interior, lo que hace que este sea un tebeo cercano al espíritu de por ejemplo los mangas de Jiro Taniguchi (El Caminante, El Gourmet Solitario o Venecia, por citar los referentes más directos). A pesar de ser un trabajo distinto dentro de la bibliografía de Jason en ningún momento desentona con lo anteriormente publicado: mantiene la coherencia con lo que son y han sido los tebeos del autor. Al fin y al cabo el Camino de Santiago es también un tema recurrente y clásico en la cultura popular.
Quienes hayan tenido la ocasión de recorrer la ruta disfrutaran reconociendo alguno de los parajes que evoca Jason, es recomendable también visitar su blog y recuperar los bocetos que realizó durante la andadura; una gozada que da más pistas sobre el talento de Jason.