Mireille no ha ganado el concurso de morcillas de este año, y se lo toma a cachondeo, que va hacer si no. Pero cuando Astrid, ganadora de este año, llega llorando a casa las cosas van a cambiar de una manera insospechada. Ambas van a buscar a Hakima, segunda clasificada y las tres juntas acaban planeando llegar en bicicleta hasta París para colarse en la recepción oficial del 14 de julio. Para el camino llevarán un remolque para vender butifarras y les acompañará el hermano mayor de Hakima, un veterano de guerra con silla de ruedas.

Magali Le Huche (Paris, 1979) adapta una novela de Clémentine Beauvais (París, 1989) para crear esta aventura estival protagonizada por tres chicas que salen del canon de belleza actual, eso de dicen del cuerpo normativo y que no es norma de nada. Tres personajes muy distintos en sus personalidades, en los que destaca Mireille por su agudo sarcasmo con el que reacciona a las malas pasadas de la vida. Un carácter que empuja a las otras dos a correr una aventura llena de empoderamiento femenino, sororidad y muchas lecciones de vida para enfrentarse de forma proactiva al bullying y la superficialidad de la imagen en una sociedad enloquecida por las redes sociales. Le Huche utiliza un dibujo que mezcla su experiencia en la ilustración infantil con la soltura de la línea clara amable de dibujantes como Aude Picault o Catherine Meurisse, un estilo propio pero que lleva los genes de la BD francesa en una evolución que proviene de la escuela de Marcinelle, el cómic juvenil de Spirou y el Persépolis de Marhjane Satrapi. No sólo el tono gráfico tiene unos antecedentes, el tono combativo y reivindicativo también sigue una línea que construye nuevos modelos para unos nuevos tiempos, modelos que día tras día se muestran todavía importantes y necesarios. Le Huche lo hace con mucho humor, un espíritu optimista y muy positivo, creando una aventura memorable.

Una aventura que mezcla el road movie con el descubrimiento de uno mismo en el paso de la niñez a la edad adulta, un coming of age, temas de los que tenemos interiorizados mil y un tropos, mayoritariamente provenientes del cine americano. Aquí es curioso como sutilmente Le Huche les hace girar convirtiéndolos en algo nuevo, con un tono femenista, humanista y también muy francés, de aquella cultura revolucionaria de la que todavía hay restos que se perciben en su ficción.

Las tres reinas es un cómic para el público juvenil, lleno de aventuras y humor, que se lee con gusto, con temas y planteamientos muy actuales y lleno de lecciones de vida, de las que es mejor aprender con una sonrisa.

Las tres reinas', tres adolescentes contra el acoso escolar