“Vivió como había muerto, haciendo diestramente las cosas al revés para regocijo de sus amigos, desconcierto de familiares y humillación de mediocres”. No lo digo yo, lo dice Arnal Ballester en la colección de panegíricos con que finaliza “Marxa Fúnebre”, el primer libro de tebeos de Pau Masiques.
No os asustéis por el título ni por lo que pueda decir Arnal Ballester, aunque tiene razón en todo lo que dice de él, Pau Masiques sigue vivito y coleando, aunque con un poco menos de equipaje ahora que por fin ha recopilado sus historietas cortas en un sólo volumen. Porque es exactamente eso lo que encontraremos en este precioso libro editado por el talentoso ilustrador Riki Blanco, sus colaboraciones en buena parte de nuestras revistas y fanzines favoritos: Garabattage, Fanzine Enfermo, ¡Que suerte!, Cretino, Stripburger y Malalletra. Fanzines distintos entre si pero entre los que Pau sabe moverse a sus anchas, siendo un rara avis en todos y a la vez buen ejemplo de cada uno.
Su estilo es fácil de emparentar con Olaf Ladousse, aunque en realidad no se parezca del todo a nadie. Con Olaf, les une la misma facilidad para idear locuras y explicarlas sin necesidad de palabras y como él, hace sus tebeos usando el grabado de linóleo. También está el gusto por la sorpresa surreal y las soluciones violentas, y la feliz coincidencia de que los estilos de ambos son tremendamente personales.
El otro pilar fanzinero del catalán seria el carácter mucho más pulido del Garabattage, en teoría opuesto al ¡Que suerte!, aunque en la practica les une el gusto por jugar con el concepto y exprimirlo. Pau se siente totalmente cómodo en ambos terrenos, y les añade sus historias que muchas veces parecen sacadas de oscuras leyendas populares como las de Joao el ballenero o la trágica pasión entre el marido y una mujer mono. Bonito y tremendo.