El humor está de enhorabuena con la salida de un libro singular. Una curiosa caja que incluye todas las facetas de una joven autora, Irene Márquez, que destaca por una mala leche sin límites. Un refrescante compendio de humor políticamente incorrecto envuelto en papel de regalo con la delicadeza habitual de Autsaider comics. Cuando el libro iba a salir a la calle, comenzó el confinamiento, quedando el libro en una situación muy extraña. Ahora que comienza la desescalada, Esto no está bien ofrece a los lectores y lectoras la posibilidad de reírse sin complejos. Conocemos un poco mejor la obra y a su autora.

 

 

 

¿Quién es Irene Márquez?

Estudié Bellas Artes en Cuenca y luego me fui a hacer un posgrado a Granada. Durante mis años de universidad colaboré en un proyecto de fanzine y sacamos unos cuantos números. Aunque ahí aún no hacía cómic, lo entiendo como el primer acercamiento al mundo de la autoedición y las viñetas.  En 2016 empecé a hacer tiras y viñetas cómicas para subir a redes sociales y, después de unos meses de trabajo intenso, tenía una cantidad aceptable de cosas decentes que enseñar. En 2017 envié un dossier a El Jueves con mis mejores trabajos y recibí mi primer encargo para la revista, y desde entonces soy colaboradora habitual. Desde 2018 tengo mi propia sección semanal de tiras de humor negro, Te has Pasado. Entre 2017 y 2019 fui profesora de Guión de cómic y Proyecto de cómic en Granada. Actualmente estoy dándole vueltas a hacer alguna historia más larga, pero sin presión.

 

Cuáles son tus referentes?

Siempre digo los mismos, la verdad. Hay referentes importantes en cuanto al dibujo, el color, la composición de las páginas… Pero si hablamos de humor, sátira… tengo que mencionar de nuevo a Paco Alcázar, que me parece un verdadero genio del mal, con unas historias súper retorcidas y con las que me he reído en voz alta mientras leía. Cowboy Henk, la obra de Kama y Seele, me parece de lo más brillante que puedes leer en humor gráfico: absurdo, bien hecho y bien dibujado. Es una joya. Y bueno, cuando dibujo para El Jueves, en términos de sátira sobre la actualidad, pienso mucho en South Park.

 

 

 

 ¿Cómo nace Esto no está bien?

Recibí un correo de Ata Lasalle, editor de Autsaider Comics, para ofrecerme sacar algo en un recopilatorio. Lo primero fue la ilusión de que me escribieran de Autsaider, pero lo que pensé después fue: “¿yo que voy a recopilar, si no tengo nada?”. Entonces Ata me hizo rebuscar en los cajones, y resulta que sí había cosas.

El libro es como un huevo kinder con diferentes formatos en su interior. ¿Cómo decidís que aspecto va a tener el libro?

Tenía mucho material con formatos distintos. Las tiras de Te has Pasado son rectangulares, tengo muchas tiras pensadas para redes, con formato cuadrado. Las cosas que he hecho para El Jueves son páginas completas, y las viñetas que les he hecho para la web tienen otro formato distinto. Se podía forzar y embucharlo en un libro al uso, redibujando y maquetando, pero Ata me propuso hacer un ‘chisme’, y se me hicieron los ojos chiribitas. Pensamos en distintos formatos y al final el que más nos convenció fue este.

 

Una tira cómica que en tres viñetas cuenta un chiste cuya conclusión final podría ser “hostia, que risa, pero te has pasado”.

 

Si te parece desgranamos el contenido. Para empezar, ¿qué es Esto no está bien?

Una tira cómica que en tres viñetas cuenta un chiste cuya conclusión final podría ser “hostia, que risa, pero te has pasado”.

 

Muestran un humor negro rozando el absurdo.

Sí, a veces más surrealista, pero la idea es jugar al límite de lo aceptable.

 

¿Cómo nace la serie?

Un día recibí un correo de Guille, el director de el Jueves. Me ofrecía un pequeño espacio en la revista para hacer algo. Me pidió que le presentara una propuesta y en poco tiempo se me ocurrió la serie. El planteamiento es simple: hacer chistes de humor negro en tres viñetas.

A mí siempre me ha gustado el humor negro, y creo que actualmente forma parte de una especie de reacción ante la corrección política y la censura.

 

El formato es la tira clásica de los cómics. ¿Cómo te adaptas a un formato tan estricto?

La verdad es que ya estoy muy acostumbrada, pienso en gags que quepan en ese formato. Hay veces que se me ocurren cosas que no caben en tres viñetas, pero no pasa nada, me las apunto y las hago para otra cosa. Y sigo buscando. Es cuestión de trabajar pensando en el formato, no hay un truco, es cuestión de práctica.

 

En apenas tres viñetas tienes que desarrollar un universo propio en el que quepa, además, la risa.

Hostia, llamarlo universo me parece un desfase, jajaja. Muchas veces la gente que lee mis tiras me dice que se imaginan una historia más larga detrás, quizás te refieras a eso.

Realmente el tema de las tres viñetas es un formato más. Si lo practicas, al final es muy sencillo pensar en esos términos. Se me ocurre un chiste y rápido lo adapto al formato. Lo difícil, más bien, es que se te ocurra el chiste.

 

Publicas regularmente en El Jueves las tiras. ¿Es complicado adaptarse a un ritmo de publicación tan estricto sin recurrir a personajes fijos?

Yo no echo de menos tener un personaje fijo, es más, podría crearlo y utilizarlo siempre. Pero es que a mí lo que me cuesta es hacer este tipo de cosas. Por coherencia resultaría difícil que un día ese personaje fuera una embarazada y al día siguiente un señor mayor. Si ya es complicado pensar un chiste semanal de esas características, el personaje me resulta una limitación más. Así, voy haciendo un poco lo que quiero.

 

¿Cómo es el trabajo en El Jueves?

Por lo general trabajamos con temas marcados desde redacción. Nos ceñimos a la actualidad, eso requiere una capacidad de reacción bastante rápida. A veces es frenético.

A mí me gusta trabajar en el Jueves. Como dibujante y como guionista, este trabajo te supone un reto, y he aprendido muchísimo dibujando a este ritmo. Hay total libertad creativa, y te lo digo yo, que he publicado absolutas aberraciones en esas páginas…

En otro cuadernillo vemos una recopilación de temas que desarrollas en dos o tres páginas. ¿Cómo llevas a cabo estos encargos?

Pues lo normal es recibir el encargo una semana antes o así. Suelo pasar un día de toma de contacto, mirar información sobre el tema que me haya tocado, apuntar ideas, abordar el planteamiento de alguna forma. Al día siguiente empiezo a dibujar el encaje de las páginas, hacer los chistes y todo eso. Y a partir de ahí, el resto de días son dibujar y colorear, y normalmente entre medias tengo otras cosas que hacer.

 

 

Para la selección se han tenido presentes algunos trabajos atemporales: los tatuajes, los porros, los tríos… ¿Cómo te enfrentas a los temas cuándo te los proponen?

Este tipo de temas sobre modas, hábitos y costumbres sociales, requieren menos investigación. Por lo general consisten en buscar el chiste y ya está, no de explicar un fenómeno ni nada así. Hago tormenta de ideas y trato de hacer algo divertido.

 

 

¿Prefieres trabajar con personajes reales y situaciones de actualidad o con los temas que antes comentábamos?

 

La verdad es que me gusta combinar. Lo que mola de los temas tipo porros/tatuajes/conductas sociales, las que sean, es que son bastante atemporales y es fácil que la gente se sienta identificada. Además es más sencillo hacer esos encargos. Cuando tengo que hacer dos páginas sobre que Pedro Sánchez no quería pactar con Podemos… en dos días huele a rancio y no se entiende. Por eso las páginas de actualidad y sobre personajes políticos están fuera de este cómic

 

Un tercer bloque de historias, Otros, permite ver otro tipo de trabajos que publicas en redes o para consumo propio.

Sí, en Otros está todo el material que he ido haciendo por impulsos. Algunas cosas las hice para subirlas a redes, otras las hice porque se me habían ocurrido y me apetecía hacerlas, pero no habían visto la luz. Creo que es el trabajo más ‘libre’ que he hecho, porque no eran encargos ni venían dados de nada previo

 

En estas historias vemos como vas probando diferentes registros y técnicas.

Sí, aunque todo es digital, digamos que el acabado resulta muy heterogéneo. El contenido del tomo abarca unos 4 años, o sea que también hay una evolución en el estilo de dibujo. Al principio me daba un poco de palo incluir viñetas de 2016, que están mucho menos pulidas. Pero los chistes me seguían haciendo gracia, y creo que a la gente le gusta ver esa evolución.

 

En tus historias haces gala de la escatología y el chiste pasado pasado de vueltas que contrasta con el delicado trabajo de edición, que parece jugar con el lector o lectora.

En un principio no estábamos pensando en provocar ese contraste entre contenedor y contenido, pero la verdad es que es un puntazo. Sobre todo porque el referente más próximo en cuanto al formato caja, el que a todo lector de cómics se le viene a la cabeza, es Chris Ware, un autor con un discurso muy denso, profundo y artístico, triste, melancólico… Es uno de mis autores favoritos, pero es que NADA tiene que ver con lo mío. Ese acercamiento casi referencial en cuanto al formato es un insulto, jajaja.

En los tiempos de redes sociales, ¿es más fácil buscar una reacción del lector?

Las redes te facilitan averiguar instantáneamente que piensa la gente de ti. Esto tiene sus ventajas y por supuesto sus inconvenientes.

 

Lamentablemente tenemos que hablar de los límites del humor. ¿Tu opinión al respecto?

Mira, es un tema muy difícil y me sorprende la facilidad con la que se aseveran opiniones sobre esto. Yo no tengo nada claro, pienso en ello y trato de tener un filtro que me asegure que no voy a publicar nada que no quiero publicar. A veces metes la pata, pero saber lo que no quieres decir es la única forma de dormir por las noches.

Yo creo que el humor no siempre es neutro. El humor puede hacer daño y desenmascarar. Eso no significa que todos los chistes sean así, pero muchos si lo son. Trato de hacer chistes de los que me pueda responsabilizar, pero no sé si lo consigo siempre.

Esto no está bien ha vivido muy de cerca el confinamiento. ¿Cómo has vivido como autora la situación?

Nos propusimos tener listo el cómic para presentarlo en Graf, el festival de autoedición de Barcelona. Corrimos mucho para tenerlo listo, fue todo a contrarreloj, y con la presión de que no queríamos hacer un churro. Cuando quedaba un día para que pillara el tren dirección Barcelona, se canceló el festival. Era 11 de marzo, y desde entonces estaba parado en la distribuidora.

Aunque ahora las librerías pueden volver a funcionar y la venta online también está disponible, todo el tema de las presentaciones, firmas y demás eventos han desaparecido del mapa y eso perjudica.

Pero creo que para los lectores llega en buen momento. Leer algo con ganas estos días ayuda a salir del monotema.

 

¿Qué se va a encontrar el lector o lectora en Esto no está bien. Tiene usted tres minutos para venderme el libro.

He tratado de hacer humor gráfico fresco y divertido, con ese fondo macabro, pero también con su puntillo tierno, (que de eso parece que nadie se da cuenta, pero está ahí). Hemos cuidado la edición para que sea como abrir el cofre del tesoro, y disfrutar del contenido en distintos formatos.

En esta caja están todos los temas en los que he estado pensado en los últimos 3 años.

 

¿Proyectos?

Tengo cosas en mente, (pero si te las cuento, luego no me puedo rajar)