Pasaban casi ocho minutos de la hora señalada cuando desde la web oficial del 43 Festival de la BD y en riguroso directo a través de YouTube Richard Gaitet, presentador del programa literario Nova book en Nova Planet y maestro de ceremonia empezaba su speach advirtiendo que sería una ceremonia rápida. Dicho y hecho, empezaron a darse a conocer los primeros premios:
Saga (Urban Comics) se llevaba el premio a la mejor serie, Inspector Kurokochi de Takashi Nagasaki se llevaba el premio al mejor “polar” (serie negra), mientras aparecían algunas imágenes de las viñetas de los premiados.
No habían transcurrido ni 10 minutos desde el inicio de la ceremonia cuando Gaitet anunciaba ya que el “fauve d’or” (el premio al mejor cómic) era para Olivier Schrauwen por “Arsène Schrauwen” (Fulgencio Pimentel). Justo después Gaitet advierte que era todo una broma y que empezaba, ahora sí, la verdadera entrega de premios.

Algunos de los verdaderos premiados
Algunos de los verdaderos premiados

Ninguno de los implicados en este embrollo de los “faux fauves” (falsos premios) estaba al corriente y nadie fue advertido. Patrice Killofer (uno de los fundadores de l’Association, editores de Schrauwen en Francia) señalaba :”Olivier Schrauwen y no hemos entendido nada. Algunos de los falsos premios eran muy reales, realmente nos plateabamos si ibamos a recibir un Fauve d’or. Palabras como “estupidez integral” me vienen ahora a la cabeza”.
Los editores de Cornélius también sufrieron loes efectos de los falsos premios “Estábamos felices, teníamos lágrimas en los ojos y al final nos han humillado. Por suertes ninguno de nuestros autores estaba presente”.
Otros autores como Frederik Peteers o Lewis Trondheim expresaban su incredulidad ante tan desastrosa maniobra y la editorial Drawn and Quarterly también desaprobaba una broma de tan mal gusto:


Franck Bondoux uno de los delegados del festival ha explicado que la “brillante” idea fue cosa de Richard Gaitet (el maestro de ceremonias): “Todo se inscribe dentro de la tradición de los payasos (…) todo era muy exagerado y claremente con un sentido humorístico. El medio del cómic tiene una gran capacidad para la autoparodia…».

Angoulême cierra así una de sus ediciones más desastrosas y desafortunadas, en la que su prestigio como festival del cómic de referencia ha quedado gravemente trastocado.
Lee la crónica de la ceremonia en Libération