¿Os ha pasado ya lo de recordar vuestro yo adolescente, sonreír y querer iros de cañas con él y sus colegas? Pues os pasará. Y mola. Está dabuti. ¿Que no? Ir al parque con tus colegas y unos litros, que te pasen un cassette grabado con portada fotocopiada, unas partidas a los marcianitos… ¡Vivan los ochenta!
En 1986 mientras el formato beta agonizaba y España votaba si seguía en la OTAN, Miguel B. Núñez tenía quince años y descubría el heavy. Chupas de cuero, pulseras con pinchos, guitarras afiladas y atronadoras, emisoras de barrio y muchas ganas de música. Vinilos, cassettes, revistas y fanzines de rock. El rock como símbolo de rebeldía y de transgresión.
Unos cuantos años después de enloquecer con Alice Cooper y su deathrock, Miguel B. Núñez hace un intenso ejercicio de nostalgia y reivindicación generacional y nos cuenta como unos cuantos chavales de barrio obrero intentan lidiar con un mundo que no les entiende, que les llama melenudos y les intenta convencer de que lo mejor que van a hacer en la vida es ser dependientes del Sepu.
 heavy1986Marta y su tronca Adela, no pueden estar ni una noche sin ir al Canciller a ver videos y escuchar algo de rock bueno, Venom vive con su tía y se gana las lentejas como puede y Suso escucha Empty rooms de Gary Moore para no sentirse tan solo. Con Jero y los demás metaleros del barrio comparten birra fría y ganas de pasarlo bien pero sobre todo comparten pasión por una música que fue sinónimo de no dar nunca el brazo a torcer. Rebeldía e inconformismo adolescente con camiseta de Barricada. Nostalgia y macarrismo de barrio con Obús y Manowar de banda sonora.
A los metaleros sus padres les llamaban “caso perdido” y ellos no les escuchaban, pero en cuanto Barón Rojo sacó una canción con ese título, todos supieron que formaban parte de la gran familia del HEAVY. ¿No es eso bonito? Si es que en el fondo, son unos románticos. Unos románticos que vuelven. Si Miguel B. Núñez nos habla de los heavys del Madrid obrero, Juanjo Sáez está preparando una serie de animación para TV3 que se llamará “Heavys tendres” y que según el autor “ Es un rollo iniciático sobre dos chavales que viven en la Sagrera y a través del heavy se evaden de su realidad chunga”.  Así que vuelve el metal.
¡Que viva el metal!