Mirror transcurre en un asteroide terraformado que los humanos comparten con animales (más o menos) antropomórficos. Como siempre que hay humanos de por medio, éstos recurrirán a su poder para someter a otros seres a sus deseos e investigaciones, aunque esto suponga encerrarlos y experimentar con ellos. Después de un intento de liberación de los animales, esta relación es aún más fina e inestable que nunca.

La temática de Mirror mantiene un delicado equilibrio entre la fantasía y la ciencia ficción, hay avances tecnológicos, pero también magia, simbolizando (supongo) el contraste entre lo natural y artificial. Todos los personajes están bien construidos y se mantienen coherentes, con un diseño estético y un carácter muy marcados; en especial destacando los femeninos que huyen de todo tipo de tópicos manidos. No funcionan como vehículos para hacer avanzar el argumento, sino que se sienten vivos en sí mismos.

Un elemento a resaltar es la composición de página, complejísima, a menudo con una estructura semejante a las vidrieras, pero también diagonales, círculos y formas irregulares. Esto supone la representación gráfica perfecta para una trama igual de compleja, llena de elipsis y saltos en el tiempo. La historia -a cargo de Emma Ríos (Vilagarcía de Arousa, 1976)- es densa y con múltiples capas e interpretaciones, muchas veces la información no es explícita sino que la tenemos que deducir nosotros con sutilezas en el dibujo y los diálogos. Hablando de los dibujos, Hwei Lim (Kuala Lumpur, 1982) demuestra su maestría con una línea sencilla y expresiva (casi abocetada, muy fresca) y unas paletas de colores fantásticas, semejantes a la acuarela.
Este un cómic muy particular. No me malinterpretéis, precisamente esta singularidad es lo que lo hace único y especial, pero también difícil de definir. Pocas veces he visto una obra con una personalidad tan marcada, a pesar de tener referencias como Tezuka, Hagio y Wells consigue crear una imaginería muy característica. Mirror nos habla de qué nos hace humanos, de cómo somos dueños de nuestra propia identidad. En un solo tomo es capaz de zambullirnos en su universo de lleno y sentir que estamos en el lugar de los personajes. Y eso en un cómic que trata principalmente de la empatía es brillante.