La vida en común de una lavadora y un pato-conejo es una cosa bien complicada. Todas lo son. Puedes ser un monstruo, un gato, un panda o un pingüino, pero las relaciones nunca son fáciles. Hay celos, hay actitudes y actos reprochables, decepciones, peleas y hasta rupturas que llegan en el peor de los momentos. Podría explicarse con los nombres de cualquiera con más o menos gracia. La virtud de Clara Tanit no es sólo hacerlo en la piel de los citados animales y objetos, sino añadir a los problemas habituales las dudas y miedos de cada uno. Y hacerlo con una apariencia naif a simple vista, pero totalmente realista en lo importante.
Su estructura de capítulos, con detalles preciosos que en la viñeta siguiente resultan tristísimos (como la historia de las dos babosas), hace que sea muy fácil reconocerse en la historia y muy difícil no regodearse en cada una de sus miserias.
Este es el primer álbum de Clara Tanit, una de las galardonadas del Injuve más fanzinero que se recuerda en años: ella, Ferran Esteve y Martín Romero. Ojo con ellos: darán que hablar.