Izma y Lucio son dos jóvenes que acaban de encontrar a Nubero varado en la playa, antes de poder recuperarse, un ser gigantesco se acerca a la orilla. Durante la escapada de los adolescentes se desata el caos, este será solo el primero de los muchos problemas a los que tendrá que enfrentarse el trío.

Anzuelo es una historia ecologista con paralelismos con la crisis climática. En ella vemos temas de evolución y la adaptación al medio, al principio mediante los cuidados y la cooperación entre los tres protagonistas, pero pronto mediante elementos fantásticos muy cercanos al horror corporal. Y es que en sus vivencias de este mundo que está siendo tomado por el mar y la naturaleza, el cuerpo de los personajes será un reflejo más de estos sucesos y en ellos veremos cambios que emborronarán la diferencia entre persona y animal.

Esta es una obra hecha enteramente en acuarela, algo que encaja perfectamente con su carácter marino. Resulta sorprendente la casi ausencia del azul y que, en su lugar, Emma Ríos (Vilagarcía de Arousa, 1976) apueste por rojos intensos, amarillos, rosas y marrones. Junto a la pincelada fluida y suelta, casi desdibujada a ratos, todo recalca el mundo alienígena y nuevo en el que se mueven los personajes.

Nos encontraremos ante una composición de página compleja, con viñetas emborronadas por el agua de las acuarelas. Anzuelo es un cómic denso, primero porque nos topamos con un mundo con normas particulares pero también por lo abrumadores que resultan algunos dibujos en su maestría técnica. Sin embargo, también resulta muy fresco en esa ligereza del trazo y esa forma de evitar clichés propios de las historias postapocalípticas.

El día que empecé Anzuelo no pude parar hasta terminarlo, así de absorbente era ir avanzando en la historia y descubrir lo que me esperaba al pasar las páginas. Se puede establecer una relación con las obras de Daisuke Igarashi, Hidetaka Miyazaki o Hideaki Anno, sin embargo, a pesar de las evidentes inspiraciones, este cómic tiene la suficiente personalidad como para no parecerse a nada que haya leído. Un viaje fascinante.