Tercera entrega de la trilogía de Rich Tex Format, un multimillonario, propietario de explotaciones mineras en varios asteroides y como muchos otros multimillonarios de este futuro, habitante en el espacio exterior, lejos de los problemas de la clase obrera que todavía llena el planeta Tierra. Aunque ahora nuevos fondos buitres están desahuciando a esta gente para urbanizar nuevas ciudades de lujo. Creando un problema de inmigración en el que Tex se verá envuelto e intentará ayudar con su granito de arena, en un complot que implica varias razas alienígenas, y que sirven para cerrar ciertos argumentos abiertos en los dos tomos anteriores, Deikoon y Kondojiro.
Rich Tex es la nueva serie creada por Jan (Toral de los Vados, León 1939) tras dejar de dibujar a SuperLópez y, a parte de recuperar y ampliar alguno de sus trabajos antiguos como Cab Halloloco o Don Talarico, aquí crea un nuevo universo, con un personaje sin superpoderes pero de una clase alta poderosa, reflejo de algunos de los magnates de nuestro presente, y que también recuerda al Roco Vargas de Daniel Torres. Aunque no deja de seguir el esquema de las historias de la última época de SuperLópez, historias que tienen un baño de ciencia ficción para ser un reflejo de crítica y denuncia de la actualidad social. En este tomo en particular los desahucios y la inmigración. Con más libertad y sin el corsé de un personaje que estaba dirigido a un público infantil, aquí muestra más libertad en el dibujo y en los planteamientos, aunque no deja de ser para todos los públicos, todo y que se dejen ver algunos pechos (algo que ya se había visto en lo SuperLópez, por otra parte, pero parece que eran otros tiempos).
Jan sigue manteniendo el dinamismo en sus páginas y ese dibujo divertido, tras cientos de páginas a su espalda, el arte de contar historias le sale de memoria. Sorprende quizás los planteamientos para acabar con el problema, que pasa por una solución desde arriba y con mucho componente militar, y que hace reflexionar si son los signos de los tiempos, un cambio de valores o lo inevitable en estos casos. Sea como sea, Jan se mantiene fresco y atento al mundo que lo rodea. Y nosotros nos alegramos que siga con fuerzas y ganas para seguir contando historias. Aunque este tomo finaliza la trilogía anunciada, la facilidad con la que ha construido un nuevo universo lleno de personajes y relaciones entre ellos, un mundo abierto que puede volver a utilizar, nos deja esperanza de que no sea el último tebeo de Jan, y que haya más proyectos, simplemente porque le dé la gana seguir dibujando. Rich Tex es la resistencia de una forma de entender los tebeos, y Jan uno de los últimos autores clásicos de una escuela que definió el adn de los tebeos de varias generaciones.