Este tercer tomo de The Wicked + The Divine es, ante todo, arriesgado. Primero porque no cuenta con su artista habitual, Jamie McKelvie, y segundo porque mantiene sin resolver la última incógnita de la serie: ¿qué pasó tras la incorporación de Laura al Panteón?
Debido a que estaban trabajando en Jóvenes Vengadores (serie muy fresquita que comparte el espíritu millennial de WickDiv) los números del 12 al 17 (a excepción del 14) están dibujados por una serie de artistas diferentes. Esto, que podría resultar caótico, está resuelto de forma muy ingeniosa, puesto que cada capítulo está centrado en un dios en concreto. De este modo sabremos más del transfondo de Baal, Tara, Amateratsu (en un estilo que recurre a la mancha de color por encima de la línea), Morrigan y Baphomet y Sakhmet (con un dibujo sencillo de colores planos). El número 14, por otra parte, está hecho a partir de escenas ya dibujadas de la serie, pero reordenadas para darle esa apariencia de remix distorsionado, incluso incluyeron viñetas de la parodia sexy de WickDiv que aparece en Sex Criminals.
Lo más destacable de The Wicked + The Divine sigue siendo la forma de gestionar la información que da al lector. Dando lo justo para generar la tensión y enganchar hasta el siguiente capítulo. Aunque en este tercer tomo no haya demasiada acción, sirve para entender un poco más a los personajes y preparar el terreno para todo lo que está por venir. Que no va a ser poco.