Nocturnos recoge una serie de historias episódicas en las que sus personajes se van mezclando y entrecruzando dándole un carácter de sueño (o pesadilla) al conjunto. A veces costumbrista, a veces sobrenatural, resulta ser un viaje onírico e inquietante que juega con el eco y el bucle temporal.
Como nos tiene acostumbrados ya Laura Pérez (Valencia 1983), su dibujo es preciso y limpio. De una gran belleza en sus paisajes y escenarios, los llena de unos personajes de grandes ojos oscuros que muchas veces no están seguros en qué plano de realidad están viviendo. Ella coloca al lector casi como un espectador que contempla las escenas agazapado desde algún punto del escenario, a veces adentrándonos demasiado en la intimidad de los personajes, como si fuéramos un fantasma más. Para conseguir sus características atmósferas, usa el color mayormente en armonías de azules, verdes y naranjas desaturados combinados con grandes campos de negro para transmitir esa oscuridad de la noche y de la historia.
Nocturnos es un cómic muy estimulante, tanto en lo que propone con sus personajes, como en las sensaciones que crea con la secuenciación de las viñetas y la yuxtaposición de sus historias. Laura Pérez nunca decepciona con sus obras y aquí ha hecho una perfecta para sumergirse de pleno ahora que las noches se hacen más largas.