El Nirvana está aquí, de Mikael Roos (Múnich, 1984), es una obra que sorprende por su complejidad narrativa y su estilo visual fresco, influenciado por el manga. Partiendo de un intrigante poema del monje budista vietnamita Thich Nhat Hanh, “¿Dónde está el Nirvana? El Nirvana está aquí, nueve de cada diez veces”, el autor nos invita a reflexionar sobre temas profundos y humanos, mientras nos sumerge en una trama llena de tensión y emociones.

La historia sigue a Tâm y su hermano Dennis, dos adolescentes de ascendencia vietnamita que viven en Lichtenberg, un barrio multicultural de Berlín Este. Su vida transcurre sin mayores sobresaltos, entre los problemas típicos de la adolescencia y las rutinas escolares, hasta que se encuentran con una misteriosa joven que huye de algo. Este encuentro marca el inicio de un thriller vertiginoso donde Roos aborda de manera hábil temas tan dispares como la trata de personas, la integración social, la amistad y el despertar sexual en la adolescencia.

El ritmo narrativo es vertiginoso, con una cadencia casi cinematográfica que atrapa al lector desde el principio. La obra no llega a profundizar completamente en todos los planteamientos que introduce y presenta una trama de casualidades, lo que puede dejar al lector con una sensación de superficialidad en algún momento. No obstante, se lee de manera voraz: la agilidad y maestría con la que se narran los eventos permite pasarlo por alto.

En cuanto a la parte gráfica, el autor da un giro al estilo usado en sus anteriores obras, El joven Ludwig y Aprendiendo a caer, adoptando una estética claramente influenciada por el manga y una narrativa visual más dinámica. Este cambio subraya la versatilidad de Roos y lo confirma ya no como una promesa, sino como una de las voces destacadas del cómic alemán contemporáneo.