A través de la relación entre dos hermanos, Jessica y Sergio, Santi Selvi (Valencia, 1973) y Miguel Gómez Andrea “Gol” (Madrid, 1960) trazan una tierna historia en la que nos sumergen en las posibilidades del cómic para la representación de la diversidad funcional desde una óptica personal y, al tiempo, entrañable. Frente a los diferentes estigmas que pueden pesar en la caracterización de personajes con diversidad funcional, Selvi y Gol parten de la anécdota mediante la que Jessica define la que será una de las relaciones clave de su vida: la fraterna.
De hecho, así se inicia el cómic, con el deseo ferviente de Jessica por tener un hermano y la conversación mantenida con su madre mientras ambas pasean al bebé en el carro poco tiempo después de nacer. Mientras Jessica se muestra feliz por haber cumplido su sueño, la madre le solicita que mire a los ojos de su hermano y le pregunta cómo los ve, al contestar la niña con el color de la pupila como primera identificación, la madre insiste en el rasgo característico “¿no ves que los tiene achinados?”. La respuesta de Jessica contendrá otro interrogante “¿y qué más da?”, tras el que vendrá la revelación de la progenitora “tu hermano tiene síndrome de Down, Jessica”, lo que significa que “Va a aprender las cosas más lento que los demás. Todo le va a costar más que al resto de niños”. Frente al planteamiento de la diferencia como un problema, Jessica reiterará las constantes apuntadas en su primera respuesta: “Me da igual. Sergio es mi hermano y le voy a querer siempre”.
Aquí radica una de las claves compositivas de esta historia, narrada desde el punto de vista de Jessica y centrada en la presentación de la persona, Sergio, su hermano, y el vínculo afectivo profundo que entre ambos se establece. A diferencia de tramas centradas en la superación de un problema como estrategia para la integración, Tranquila. La suerte de haber tenido un hermano con síndrome de Down centra su atención en la relación fraterna, vista como una posibilidad de enriquecimiento mutuo, a partir del amor y el respeto entre los dos personajes protagonistas. Así, este vínculo será de tal relevancia que en el caso de Jessica determinará aspectos clave de su personalidad, como la vocación: “Creo que he sido maestra desde el día en el que Sergio nació. Mi hermano ha modelado mi forma de ser y de percibir la vida”.
De acuerdo con esta premisa, el lector recorre de forma cronológica las vidas de Jessica y Sergio desde el nacimiento de este último, pasando por diferentes escenas de momentos y dificultades compartidas, en las que las vicisitudes son planteadas como oportunidades de crecimiento y superación al ritmo marcado por la consigna de Sergio para su hermana y que da título a la obra: tranquila. De esta forma, el cómic a través de Tranquila. La suerte de haber tenido un hermano con síndrome de Down nos proporciona una oportunidad para aproximarnos a las personas que hay detrás de etiquetas como diversidad funcional o síndrome de Down.