Viti es un artista con cierto éxito, que está en ese momento en que mantenerse en la cresta representa un esfuerzo y muchas dudas que se combinan con las fiestas y el desenfreno. Viti es drogadicto, las circunstancias son las que son y en Aquí hay avería asisteremos a su caída en el pozo de la drogadicción. Un viaje que no es agradable, que tiene distintos altos y bajos y que no suele acabar bien.

Lorenzo Montatore (Madrid, 1983) vuelca su experiencia y opinión sobre el mundo de las drogas en Aquí hay avería, y lo hace culminando el estilo y los temas que ha ido ensayando en los últimos años. Los experimentos que se pueden ver recopilados en sus Obras Incompletas (2015-2022) (ECC, 2022) quedan destilados aquí, donde la opinión sobre la adicción no es ni amable ni indulgente, una visión cruda de como las drogas acaban por desdibujarte, como son otra fuente de mal capitalista, que mientras produzcan beneficios no importarán sus efectos sobre la gente. Las fiestas locas, el descontrol social, las noches insomnes, los periodos de desintoxicación o los ingresos por sobredosis, todo va siendo relatado con el estilo que Montatore ha desarrollado, con pocas palabras. Con esa síntesis de dibujo caricaturesco destilado a lo mínimo, con esos colores que en esta ocasión tienen degradaciones y sombras, ese fondo urbano que hace reconocible la ciudad y que a la vez la sintetiza como en los tebeos de Bruguera. Y guiños a otros autores que le influencian y con los que en la actualidad buscan las esencias más básicas de la narrativa gráfica, buscando más en menos, un minimalismo narrativo que tambień buscan Max o Antonio Hitos, ambos con tebeos recientes y que aparecen junto a otros con guiños directos en el tebeo de Montatore, una referencia que podría ser a una escuela en la que transitan caminos comunes en una búsqueda estilística de las esencias del lenguaje del cómic.

Un mensaje muy claro, un estilo con el que Montatore está totalmente suelto, y con el que puede hacer lo que quiera con un dominio absoluto del tempo, que le permite jugar con todas sus influencias desde los tebeos clásicos, la música o los videojuegos. Un tebeo que podría estar en las bibliotecas de todos los institutos con un tema que nunca está de más recordar, en una edición lujosa por parte de ECC. Y recordad siempre: si os ofrecen drogas decid que…naranjas.