Vaya movida es enfrentarte al papel en blanco. Tienes que llenarlos de palabras o dibujos, pero nada, no hay manera de que salgan. Tu cerebro está como una esponja estrujada y seca, pero el reloj no tiene la piedad de parar un poquito por ti.

Algo parecido le sucede a Centramina, la protagonista de ¡Cuidado, que te asesinas!, una escritora desesperada ante la pantalla blanca de su portátil porque la inspiración no llega. La solución, para ella, es salir a dar una vuelta, por el camino se encuentra con Optalidón y juntos recorren el barrio en busca de… ¿aventuras?

 Lo que más llama la atención de ¡Cuidado, que te asesinas! es su estética, empezando por su atractiva portada con una Centramina de peluche fotografiada en fondo azul. En el interior nos encontramos con el dibujo de Lorenzo Montatore (Madrid, 1983) , que presenta un trazo grueso, sintético y lleno de movimiento. Los colores planos y saturados recuerdan mucho al tebeo clásico.

Durante el cómic se mezcla la narración de la noche con algunos fragmentos de la novela de Centramina inspirados por los sucesos que pasan y flashbacks de la vida de los protagonistas. A pesar de mantener el tono caótico, estas transiciones a base de cambios cromáticos (la novela está en blanco, rojo y negro, mientras que el resto está a todo color) están muy bien llevadas y resultan una maravilla.

En ¡Cuidado, que te asesinas! podemos encontrar referencias a Super Mario bros mezcladas con un barrio surrealista, irreal pero que, a pesar de todo, funciona perfectamente.