El nuevo trabajo de Guy Delisle (1966, Quebec, Canadá), vuelve a darnos la medida del talento y del estado de gracia en el que se encuentra actualmente.
El autor con este repaso a sus memorias juveniles realiza otro cambio de contexto dejando cada vez más de lado sus crónicas viajeras. Aquí el viaje en todo caso es en el tiempo; concretamente al Quebec de su adolescencia.

Delisle pasó tres veranos trabajando en la fábrica de papel donde también trabajaba su padre. El escenario de esta gigantesca fábrica de papel, convertida en el personaje principal de la historia, da pie a una potentísima narración donde se entrecruzan por un lado los detalles técnicos y funcionales de la maquinaria que le rodea y por otro,  pequeños retazos de su historia íntima.
El choque sociocultural con sus compañeros de trabajo (hombretones rudos con una realidad diametralmente opuesta a la suya), su peculiar relación con un padre ausente o sus primeras lecturas comiqueras  (poniendo en relieve su fascinación por el trazo de Hugo Pratt o Muñoz) son algunas de las anécdotas que salpican este relato de su primera experiencia profesional.

 

Vuelve a brillar aquí la gran capacidad del autor para abordar con aparente ligereza temas que no lo son para nada. Sin duda una de sus grandes virtudes sea justamente esa: convertir lo aparentemente circunstancial en algo sustancial y viceversa.

Elaborado en bitono negro y naranja, Delisle utiliza en la narración este último color como contrapunto a su escala de grises habitual, salpicando elementos como su camiseta, el humo -omnipresente- de la fábrica de papel y otros detalles clave para la composición de la viñeta. El naranja sirve aquí también para trasladar la sensación de calor, tanto el del ambiente de la fábrica como el del propio verano en el que transcurre la historia, sin duda otro de los aspectos predominantes en esta crónica de juventud.

Una mirada atrás donde subyacen detalles de alto alcance emocional sin caer en la nostalgia facilona del cualquier-tiempo-pasado-fue-mejor, convirtiendo a esta en su obra más personal hasta la fecha y en otro tebeo indispensable de uno de los mejores autores del momento.