La trilogía empezada por Sábanas (2022) y continuada por Frágiles (2023) llega a su fin con este último tomo, Luces. Si el primero se centraba en el viaje emocional de su protagonista Marjorie y el segundo introducía a Eliza, una víctima del acoso escolar, aquí se intenta resolver el misterio de la muerte de Wendell, lo que causa mucha angustia al pequeño fantasma.
En este cierre Brenna Thummler (New Hampshire, E.E.U.U.) se preocupa por terminar arcos argumentales introducidos en las anteriores entregas, como el duelo y la muerte en la familia de Marjorie o la dificultad para hacer amigos de Eliza, siendo el desenlace bastante satisfactorio para todos los personajes. Me gusta que la autora se tome tanto tiempo y aplique tantos matices, por ejemplo en la relación de Marjorie con su padre o cómo a pesar de querer a Eliza a veces desearía tener amigas de su edad más “normales”. Este tomo además se beneficia de tener una intriga central que va guiando las acciones de los personajes con sus giritos y descubrimientos que hacen la trama más divertida a lo largo de la investigación.
En el arte, Thummler vuelve a destacar en su capacidad de dibujar escenarios muy vistosos, especialmente cuando son naturales. Siempre sus mejores dibujos se reservan en las páginas completas o dobles. La armonía de tonos pastel acompaña a lo amable de la historia, usando ciertas paletas específicas para las partes dedicadas al pasado de Wendell, lo cual es una solución muy elegante que evita sobre explicaciones innecesarias. En este tomo además destaco la maña que se da la autora en la composición de viñetas y elección de perspectiva, brillando especialmente en su uso del espacio negativo en momentos más introspectivos (y por supuesto lo monos y expresivos que son sus fantasmitas).
La trilogía de Brenna Thummler ha ido a más a través de sus entregas, empezando por una historia algo más simple y poco a poco llenándose de matices y añadiendo aristas a sus personajes. El viaje de Marjorie resulta satisfactorio y bastante rico en lo realista que es en ciertos puntos. Una bonita historia sobre la amistad y la pérdida que aunque esté especialmente enfocada a los primeros años de la adolescencia, puede ser disfrutada por todo el mundo.