Tras el éxito de su fanzine Us (ganador del Salón del Cómic de Valencia 2020 y Salón del Cómic de Barcelona, 2021) Sara Soler (Barbastro, 1992) apuesta por Astiberri para la publicación del cómic del mismo nombre, Us, en el que cuenta cómo su pareja toma conciencia de su verdadero género y a partir de ahí, las diferentes vicisitudes que deberán sortear en el complejo periplo que inician.

Entre las diferentes virtudes de este cómic destaca, sin duda, el retrato verosímil de sus personajes: más allá de estereotipos, Soler dibuja personas próximas con las que resulta fácil conectar como lectores sin incurrir ni un instante en un discurso fácil o en una suerte de instrucción didáctica a modo de recetario en torno a la transición de género. De hecho, como bien apunta el personaje de Sara “este cómic no pretende ser un dramón ni una guía para gente trans. Es solo la historia de dos personas que no eran tan cishetero como pensaban”.

Con grandes dosis de humor, ironía y autoparodia Soler selecciona una galería de escenas en las que asistimos a momentos clave de la transición de género de su pareja y cómo es recibida en el entorno: familia, amigos y compañeros desfilarán por sus páginas para componer un variado mosaico social de actitudes y posturas frente a la diversidad afectivo sexual. No obstante, el trayecto no finaliza con el grupo social y familiar más inmediato, sino que Soler extiende el abanico de retazos vitales para mostrarnos cómo Diana vive situaciones de machismo y mansplaining a las que no se había enfrentado previamente.

A partir de una paleta de colores conscientemente elegida, en clara alusión a los colores de la bandera trans, Soler nos sumerge en una galería de situaciones desde las que denuncia el machismo, la transfobia, la extensión de estereotipos y prejucios y, en definitiva, toda suerte de discriminación en función de la diferencia. De esta forma, Us nos obliga a interrogarnos sobre nuestras propias creencias y representaciones y a examinar de forma crítica actitudes presentadas como políticamente correctas pero que en realidad sustentan las bases de una feroz exclusión de la alteridad en el entorno contemporáneo.

El potencial comunicativo del cómic se ve reforzado por el glosario final que explica de forma accesible el significado de términos aparecidos en la trama, como queer o mansplaining. Soler explota así las posibilidades de la historieta como medio para la transmisión de un mensaje de tolerancia desde la verosimilitud y la honestidad, al tiempo, que construye poderosos referentes que colaboran en la visibilización de colectivos que no siempre han gozado de una representación positiva en los diferentes productos culturales.