Vonceil es una niña valiente y aventurera, algo triste por la inminente boda de su hermano.
Tras la boda aparece una antigua novia de éste la cual, enfadada al enterarse de su matrimonio, maldice el pozo de agua de la granja familiar y lo vuelve salado. Vonceil entonces se embarcará en un periplo para deshacer la maldición y poder salvar a su familia.
Aunque La maldición de la sal parte de un planteamiento muy habitual (el personaje joven que sale del hogar a vivir aventuras), las situaciones que tiene que afrontar Vonceil siempre tienen un giro más o un desenlace imprevisto. El mundo de magia que propone Hope Larson (1982, Asheville, North Carolina, EEUU), aunque tenga brujas, se aleja bastante de los estereotipos asociados con esta figura, resultando interesante e imaginativo.
A una historia satisfactoria y sorprendente, se une el increíble dibujo de Rebecca Monk, quien usa un trazo que recuerda bastante al cómic francés (en lo expresivo y dinámico) y unas paletas de color perfectas para transmitir la luminosidad del desierto estadounidense y la magia de sus personajes.
La maldición de la sal resulta un cómic muy redondo, a ratos recuerda a la pluma de Diana Wynne Jones o las películas de Ghibli ambientadas en Europa, pero siempre manteniendo su propia personalidad y un cierto toque de wéstern. Aunque sea un cómic juvenil, es recomendable para cualquier persona que disfrute de la fantasía y de las historias de brujas no tradicionales.