Dolores se acaba de mudar con sus padres a una urbanización de lujo. Allí, sus ínfulas de grandeza inspiradas por el mundo del cine, padres algo ausentes y las tensiones de clase debido a su condición de nueva rica (o, por lo menos, hija de nuevos ricos) respecto a otra niña vecina de clase alta, harán un cóctel altamente inestable en el cerebro de lo que no deja de ser una preadolescente.
En su dibujo Dolores es un cómic totalmente espectacular, Eduardo Sabio (1990, Badajoz) emplea una línea limpia con sombras duras y formas geométricas de inspiración retro. Sus páginas están abigarradas y llenas de detalles, jugando con la composición de las viñetas para contar mejor la historia de nuestra protagonista. Aunque la mayor parte del cómic usa el fondo rosa y línea y tramas en azul, a veces recurriendo a acentos en rojo o amarillo para resaltar ciertos detalles, en algunos momentos las páginas estarán a todo color y en otros nos encontramos con un fondo negro y líneas rojas, azules y verdes. Toda esta sofisticación en lo formal rema perfectamente con el carácter introspectivo de la obra, situada mayormente en la mente inquieta de Dolores.
Dolores es un cómic muy ambicioso, no solo en lo formal, también en la cantidad de temas que toca y el tiempo que dedica a personajes secundarios. Dolores como protagonista resulta muy divertida y no es difícil sentir simpatía por ella, el viaje hacia la adolescencia siempre es duro, pero lo es más cuando tus padres acaban de dar un pelotazo inmobiliario de dudosa legalidad. Aunque es una lectura que requiere mucha atención por la cantidad de cosas que se cuentan y lo interesante de su dibujo, sin duda es muy satisfactorio sumergirse en su mundo de piscinas, lujo y robos en el centro comercial.