The Furry Trap fue el título de una antología editada en 2012 por Fantagraphics que recogía diferentes historietas cortas del dibujante Josh Simmons (Connecticut, E.E.U.U. 1977) . Renunciando de entrada a cualquier clase de concesión a la audiencia, la mayoría de esos once relatos -de diferente extensión y estilo- eran desconcertantes cuando no abiertamente desagradables. Sin complejos de ningún tipo, tomaban como modelo algunos de los principios esenciales del género de terror clásico para desembocar finalmente a centenares de kilómetros de allí, en un charco sucio y cenagoso.

Entre los trabajos más destacables, llamaba la atención un peculiar homenaje a Batman, La marca del murciélago, que ahora Underbrain edita en un pequeño cuadernillo. Este fan comic de apenas 16 páginas explora, con ese mismo tono perturbador, la evolución del popular héroe enmascarado partiendo de su condición de desclasado. Solo, merodeando por los tejados de una ciudad sucia, sempiternamente cubierta de nubes, ha perdido cualquier asidero y hasta sus antiguos aliados le han dado la espalda. Tantos años tras la máscara, impartiendo justicia, han tenido sus consecuencias, que son las que Simmons acaba descubriendo.