Oli es un chaval como otro cualquiera, pero con afición por los misterios, junto a su pandilla del cole le gusta jugar a detectives, claro que no tienen muchas oportunidades de encontrar casos interesantes. Pero acaba de llegar una nueva compañera a su clase y les va a dar para iniciar una investigación con muchas sorpresas. Boris es otro chaval, al que de repente su vecina le deja su mascota para que la cuide durante una larga temporada. La mascota se llama Babette y es bastante peculiar, sabe hablar y le gusta el terror. Pero buscarle un hueco en casa sin que se enteren sus padres va a ser todo un reto.

Oli y Boris son dos chavales distintos, pero que comparten el mismo universo, creado por Tanja Esch (Hanau, Alemania 1988), ambos protagonistas de historias muy divertidas, de género negro la primera y más tocando el terror y la fantasía el segundo, pero ambos géneros llevados muy finamente al público infantil y muy cercanas a un costumbrismo que está muy presente en los tebeos de Esch, que acerca lo común a lo fantástico, y que sirve para que de fondo se traten temas más cercanos pero sin tener que caer en moralinas ni ser muy explicito en ellos. Temas como el acoso, la integración,  la inmigración, el racismo, los tipos de familia, están presentes pero de forma natural, como el trasfondo habitual que comparten los protagonistas de sus historias con lo que viven sus lectores. Pero sin quitar el protagonismo a la aventura que se cuenta y que atrapa a quién lo lea, y da igual su edad. Una maravilla de tebeos para todos los públicos que además sorprenden en lo gráfico con un dibujo naïf, en apariencia sencillo pero lleno de detalles, un dibujo que lo acerca al público infantil sin complejos y que con aparentemente muy poco es capaz de identificar a multitud de personajes diferentes y dotarlos de personalidad propia y que permite identificarlos sin ninguna dificultad..

Tras las pilas de mangas que colman las librerías de tebeos hay una esquinita que ha ido creciendo cada vez más los últimos años; es la sección de cómic infantil, que va ganando espacio e interés y podríamos decir que vive un nuevo boom. Muchas grandes editoriales están potenciando esa línea, pero otras más pequeñas llevan desde sus inicios apostando por un cómic infantil de calidad, como Liana, que nos trae ahora a esta joya del cómic infantil alemán como es Tanja Esch, con dos trabajos que ya han ganado múltiples premios. Una autora a seguir, cuyo primer trabajo, Superguay también se puede encontrar en las librerías, en esta ocasión de la mano de Bang ediciones. Buenos tiempos para el cómic infantil.