Uno de los mejores aciertos de La Cúpula hace un par de años, fue la publicación del primer título que conforma la saga de los cuentos de Marylène, El cantar de Aglaé, de Anne Simon (La Crèche, 1980). En aquella primera entrega, la autora francesa presentaba su particular universo, localizaciones y personajes, así como la mélange de estilos por los que circula su particular sainete aventurero. 

 

Hechas las presentaciones, en este segundo volumen, Emperatriz Cixtitis, Simon retoma la historia ahí donde la dejó, incorpora el color y amplía el elenco de personajes y localizaciones, sin abandonar su buen hacer, la ironía y el humor. Todo va bien en Suffragette City. Aglaé, la todopoderosa reina del país Marylène, está en su apogeo. Ha conseguido que su gente se olvide del tirano Von Krantz que aterrorizó el reino durante años. Sin embargo, esta paz durará muy poco. Cixtitis, la emperatriz de Chichinia, ha secuestrado a todos los hombres del reino para convertirlos en esclavos eunucos. Aglaé, bien asesorada por su secretaria Simone, no tiene otro remedio que volver a emplear sus dotes diplomáticas para salir del entuerto y calmar la ira de su pueblo. 

 

Si en la anterior entrega, Simon construía su universo a partir de pequeños episodios más o menos autoconclusivos, en parte, por su publicación en recopilatorios varios; en este segundo volumen, se enfrenta con éxito al relato largo y a color. Abre y cierra el volumen con unas planchas en sepia, formadas por microescenas que prologan y cierran la historia central. 

 

Para los neófitos, haceos primero con El Cantar de Aglaé y, si lo disfrutáis, no dudéis ni un momento en comprar Emperatriz Cixtitis. Mantiene toda la frescura y acidez de la primera entrega y explora un nuevo reino, exótico, caprichoso y loco. Muy buen trabajo de traducción por parte de Rubén Lardín y buen tanto con la rotulación a cargo de Iris Bernárdez. Esperamos nueva entrega Maryleana bien pronto.