No sorprende la capacidad de Diego Corbalan (Murcia, 1981), aka Magius, para hilar en Primavera para Madrid una trama compleja y coral, que desnuda toda la trama corrupta sobre la que se sostiene el sistema de poder en nuestro país desde los tiempos de la dictadura franquista, como mínimo. 

No sorprende porque cuando el murciano arranca este proyecto, acumula ya casi 20 años de carrera a sus espaldas. Era el 10 de septiembre de 2001, un día antes del ataque a las Torres Gemelas de Nueva York, cuando empezó a mover por su tierra los 100 ejemplares de la primera entrega de Black Metal. En aquella primera grapa fotocopiada a 100 pesetas, narraba las historias de los grupos noruegos que practicaban aquel estilo musical -Mayhem, Burzum, Emperor, Darkthrone, sic- y las maldades -suicidios, asesinatos, quema de iglesias, entre otras tropelías- que cometían a escondidas aquel grupo de adolescentes. Todo dibujado como si fueran unos playmobils poseídos por el panteón demoníaco.

El Mal, como él mismo reconocía hace unos días en una conversación con su colega y compañero de editorial, David Molina, es el tema que ocupa sus páginas de historieta. Empezó con adolescentes escandinavos, para ir subiendo en el escalafón de maldad hasta llegar al sistema de poder español. Aunque se trate de un trabajo de ficción -ejem, ejem- Magius ha hecho un trabajo magnífico de documentación y ha tenido muchísima maña y maestría para ir ligando tramas sin aparente conexión y construir un tapiz monumental, digno de un Scorsese en plenitud.

 

El poder político, mediático, judicial y empresarial de nuestro país tiene preferencia por la curia, el abuso sexual y la represión militar y policial. Magius lo explica en forma de thriller, con un dibujo más realista de lo normal, un narrador en off y una selección impresionante de localizaciones muy bien encuadradas y fotografiadas. Primavera para Madrid es una superproducción, papel dorado incluido, gracias a las quimeras de Ata Lassalle, un apasionado de los cómics que publica, que ha visto que lo que se traía entre manos Corbalán merecía un diseño y un empaquetado especial y curado.

Los diálogos es otro de los puntos fuertes de la obra. Magius siempre se ha caracterizado por darle un sello personalísimo a sus personajes -recuerden esos acentos castizos que les puso a los mafiosos americanos-, y en Primavera para Madrid recrea a la perfección el lenguaje de los estratos sociales altos, la chabacanería y mala educación que transpiran los altos cargos populares.

En veinte años, Magius ha hablado del Mal en muchas de sus encarnaciones y todavía nos promete nuevos estudios alrededor de este conceptp, el próximo centrado en el auge de Vox en su tierra natal. Mientras tanto, cuando lean este Primavera para Madrid jueguen a reconocer quién es quién en este fresco, encuentren todos los cameos que aparecen y tiemblen con el negro final que dibuja, sobre todo al tener en cuenta que la realidad siempre supera a la ficción. Genio y figura. Primavera para Madrid es un cómic importante y un golpe en la mesa de su autor, para advertirnos que su madurez ha llegado y aún le quedan muchos años de plenitud. ¡Viva Magius y viva Autsaider!