Aún recuerdo la primera vez que me acerqué a Harry Potter. Por aquel entonces era demasiado pequeña y era mi padre el que se encargaba de leérmelo por las noches antes de dormir. Lo que más me gustaba era ir descubriendo el mundo de los magos a través de los ojos del propio Harry, un desconocedor de la magia al igual que todos los lectores de la saga. Abrir uno de los primeros libros de Harry Potter era como abrir una ventana a un mundo lleno de sorpresas y maravillas.
Algo parecido me ha sucedido al leer Atelier of Witch Hat. En este manga nos ponemos en la piel de Coco, una niña que quiere ser maga pero no ha nacido con el don de la magia. Todo cambia cuando aparece por su casa un mago y Coco descubre que los hechizos se hacen a base de dibujos, por lo que ella intenta imitarlo. Sin entrar en demasiados detalles, el mago accede a aceptarla como alumna.
Aunque el argumento no tenga nada que ver, tanto Harry Potter como este Atelier of Witch Hat parten de una situación de desconocimiento de sus protagonistas como recurso para ir enseñando al lector el funcionamiento de sus correspondientes mundos. Si bien ninguna de las dos obras son las primeras en usar esta premisa, sí es cierto que ambas lo hacen de una forma especial, desplegando un universo maravilloso y a la vez algo inocente. En el caso de Atelier of Witch Hat se debe en gran parte a que la mayoría de los personajes son niñas que están estudiando. El tono de la historia concuerda perfectamente con el dibujo, que recuerda al estilo de ilustración clásica de cuentos infantiles. Kamome Shirahama destaca especialmente a la hora de crear texturas y la fluidez del pelo y las telas de la ropa de los personajes.
Atelier of Witch Hat es un manga ligero y divertido, un punto de partida ideal para una historia que no podía ser más prometedora. Todo resaltado con un dibujo precioso y detallado. Uno de los mejores mangas juveniles actuales.