Los cuentos de la niebla es un cómic compuesto por cuatro historias cortas de terror, todas relacionadas con un elemento del folklore gallego como las meigas, el meigallo y San Campio, o los vidoiros, personas ungidas con el óleo de la extremaunción lo que les permite tener visiones del más allá. Al final de cada una hay una breve explicación.
Con una paleta tonos de grises como las fotografías antiguas, Laura Suárez nos lleva a una aldea gallega de los años 30. Allí el viento mece los árboles, las casas están hechas de piedra y la Santa Compaña deambula en la noche. Sus leyendas son terroríficas y atmosféricas, oscuras y frías como las noches en las que se suelen contar.
El dibujo de Los cuentos de la niebla se asemeja un poco al de otras obras de terror como Cruzando el bosque de Emily Carroll o Nuestros miedos ocultos de Fran Krause, estilos que se alejan del realismo pero que son perfectos para expresar el horror. Estilizados y con los dedos largos, los personajes de estos relatos tienen la piel pálida y ojeras y temen adentrarse en unos bosques llenos de ramas amenazantes.
Partiendo normalmente de una base costumbrista, los relatos se van retorciendo y volviéndose complejos. Algo que a la vez vemos en una composición de página que apiña las viñetas para aportar tensión a la narración o hace que los bocadillos se mezclen o se estiren por toda la hoja para recalcar ciertos diálogos.
Su autora explica en las primeras páginas que este cómic nace como forma de conservar los cuentos que le contaba su abuela de niña. El folklore es una de las partes más interesantes de nuestra cultura, por lo que es un placer ver las leyendas plasmadas de una forma tan excelente.