Pop, por definición, es aquella música popular surgida en los países anglosajones en los años cincuenta y sesenta, que combina el rock y el folk, y que se escucha mayoritariamente, la música que nos rodea y acompaña en el día a día y, en un mundo donde el capital es la norma, es también la que más negocio en torno a ella mueve. Intentar explicar lo que es hoy en día el pop y qué ha sucedido con la música popular desde mediados del siglo XX es todo un reto. Más si uno tiene en cuenta que “escribir sobre música es como bailar sobre arquitectura”, la famosa cita habitualmente atribuida a Frank Zappa. Y aún así, Luis Bustos (Madrid, 1973) recoge el guante, decide rizar el rizo y no solo se atreve a escribir un resumen enciclopédico sobre del pop, sino que lo dibuja y además usa el humor como eje, lo que supone ir más allá de la danza arquitectónica y se aproxima al ballet ruso sobre ingeniería de caminos.
Luis Bustos ha demostrado a lo largo de su carrera ser un autor versátil capaz de salir airoso de este tipo de retos. Desde sus inicios en los años 90, Bustos ha realizado obras muy diversas: tebeo juvenil como Las aventuras de Zorgo (Dibbuks, 2013), novela gráfica histórica y aventurera, Endurance (Planeta, 2009), adaptaciones literarias de Jack London, Versus (Entrecomics, 2014), la creación del héroe de la nueva España junto a Santiago García en ¡García! (Astiberri, 2015) y thrillers post-apocalípticos en Puertadeluz (Astiberri, 2017). Obra abundante que ha combinado con el humor, tanto en El Jueves como posteriormente en la extinta Orgullo y Satisfacción. Precisamente de la faceta humorística desarrollada en esta revista digital, deriva directamente Pop, donde la estructura básica de las páginas es una continuación natural de las que pudimos leer en la añorada Orgullo y Satisfacción.

Pop presenta un resumen de distintos aspectos centrales de la música, organizados en capítulos/temas a la manera de un long play.

Pop presenta un resumen de distintos aspectos centrales de la música, organizados en capítulos/temas a la manera de un long play. Cada canción se centra en algún aspecto que sirve para repasar el tema, que va desde la centralidad de la temática amorosa y sexual, la relación con las drogas, la rebeldía, el cambio de los formatos de grabación y soportes, un repaso al pop electrónico y experimental, que no usa guitarras, las extravagancias del género, los sonidos globales, la música en vivo y las leyendas negras del star system. Un repaso exhaustivo a la historia y los factores de la música popular, repleto de información, curiosidades y chistes, bien regados de la melomanía de Bustos. Para rematarlo, las páginas recuerdan a las secciones de curiosidades de los viejos tebeos de Bruguera.
Ese recuerdo viene reforzado con el bitono rojo para colorear el tebeo. Y es que si el contenido hará las delicias de cualquier amante de la música, es en la forma donde se refuerza el placer de la lectura. A pesar de que ese formato pensado para presentar tanta información y chistes condensados en poco espacio podría hacer caer el tebeo en una densidad que pesase en su lectura, Bustos, fanático del diseño, demuestra su maestría y estructura las páginas de forma la lectura sea muy suelta. Un diseño estudiado a fondo, no solo en la distribución de las viñetas, sino también en su gusto por el uso de formatos fuera de lo común. En esta ocasión, Bustos utiliza una página cuadrada que recuerda en tamaño a las fundas de los discos de vinilo. Es más, a mitad del libro hay que girarlo para leer la segunda cara del álbum. Y al igual que en un disco, a veces se raya, saltan las canciones, que Bustos representa mediante algún pixelado, juegos con el rotulado y con efectos de glitch para crear transiciones, algo que ya había ensayado anteriormente en Still Life (Libros de Autoengaño, 2016). Una muestra más del profundo interés que tiene el autor madrileño en el diseño, la experimentación formal y narrativa y el control del flujo lector.
Al sumarlo todo, Pop deviene una agradable experiencia lectora, un libro objeto muy placentero, lleno de información y anécdotas que harán disfrutar a cualquier amante, o no, de la música. Y encima se lee por las dos caras.