Rosas que nacen del pandemonio es un cómic autobiográfico escrito y dibujado por Nami Sasou, una artista que trabajó como asistente durante los 70 para varias mangakas de shōjo. En esta obra no vamos a encontrar una historia didáctica sobre el mundo del manga, sino una serie de anécdotas de la juventud de la autora y sus periplos entre entregas. Aquí vemos nombrada la famosa revista Margaret en la que se han publicado obras icónicas como La Rosa de Versalles, Claudine, Lovely Complex, Orange o Llegando a ti, todas editadas en castellano.
Personalmente tengo bastante debilidad por la estética del manga shōjo de los 70, me encanta el estilo de artistas como Moto Hagio, Keiko Takemiya o Riyoko Ikeda, con esos ojos cerrados de grandes pestañas y las narices respingonas. En este tomo, Nami Sasou utiliza ese estilo para meternos de lleno en una época en la que pudo trabajar junto a grandes artistas de esta demografía como Chieko Hara, Suzue Miuchi o Minori Kimura. De este modo nos encontramos con un dibujo limpio y muy expresivo, sencillo y lleno de esas tramas maravillosas para los fondos.
Este es un manga muy honesto sobre el proceso creativo. Mostrando lo accidentado e incluso chapucero del proceso de dibujo, en parte debido a las condiciones frenéticas en las que la industria del cómic pone a sus autores. Nuestra protagonista más de una vez y más de dos meterá la pata, mostrando sin vergüenza sus puntos flacos como artista, pero también sus triunfos. Como nota final me gusta mucho que este manga haya salido de un fanzine.
En definitiva, Rosas que nacen del pandemonio es un manga muy interesante, como persona que dibuja, me he visto muy reflejada en algunas de las aventuras y dudas de Nami Sasou. No conocía casi ninguna de las artistas que aparecen aquí nombradas pero me ha despertado la curiosidad sobre ellas y la historia del shōjo.