En 1977 el dibujante Nazario (Castilleja del Campo, Sevilla, 3 de enero de 1944) creó a Anarcoma, un cruce entre Colombo, Tom de Finlandia y Humphrey Bogart transexual. Este personaje se convirtió en un icono de la cultura transexual de este país. Anarcoma se consolidó como el primer protagonista transexual del cómic español gracias a su aparición en los 80 en la revista El Víbora. Ahora, para celebrar los 40 años de su nacimiento, la cúpula presenta un integral con todas sus historias revisado y puesto al día por el propio autor.

Con este cómic he hecho una especie de prueba de fuego generacional – y que conste que soy de la generación del baby boom- y por tanto no he tenido la suerte (o la desgracia) de vivir aquella época; he incitado a su lectura a personas mas jóvenes que yo, no aficionadas al cómic, y aún menos a este subgénero del genéro (valga la redundancia, más que nunca). Una de las impresiones más frecuentes recogidas es que toda la historia, incluyendo las tramas en las que se ve envuelta Anarcoma, parecen ser una mera excusa para poder dibujar hombres musculosos, bien dotados, realizando actos sexuales en posturas excitantes.¿Realidad o exageración?
Contextualicemos,Anarcoma gana todo su sentido con el contexto que la vió nacer: Una Barcelona sucia, gris, canalla (pero canalla de verdad, no como ahora) , mucho mas peligrosa que ahora, mucho mas divertida que ahora, y con un ambiente represivo aún en activo, pero con síntomas que denotaban ya un cierto aire de libertad que no se vivía en otras ciudades del país (y mucho menos en los pueblos). En esa época los homosexuales quizás junto a los comunistas, era el colectivo mas reprimido y perseguido del país. No es de extrañar que las Ramblas y el Barrio chino se llenaran de homosexuales y travestis, provenientes de otras zonas del país en busca de emociones fuertes, en busca de poder desarrollar todo su torrente creativo, o sexual. En consecuencia, los ambientes reseñados en este cómic son la mejor salsa para las aventuras de un personaje transexual, es difícil imaginarse a un heterosexual en el mismo contexto. Basta con adentrarse en las primeras páginas para entenderlo. Este hecho proporciona una amplia combinación de situaciones cómicas, opiniones sórdidas y comportamientos hipersexuales del personaje, que casan perfectamente con las actitudes y aptitudes de otros personajes importantes de la obra, tales como el “Robot calvo XM2”, el profesor Onliyú y demás. Este hecho gana mucha fuerza al reflejarse en escenas gráficamente impactantes, pero muy bellas en cuanto a colorido y grafismo.

La lectura de Anarcoma provoca incluso una sensación de atolondramiento por la rápida sucesión  de situaciones electrizantes y por el barroquismo de sus personajes principales. Son personajes duros, capaces de llegar hasta el final en sus propósitos, capaces de matar, de prostituirse y de amar, pero siempre buscando el cachondeo… barriobajeros como Makoki pero con una sensibilidad a flor de piel no perceptible en este último. Quizá depende del estado de ánimo que tenga cada uno al acercarse a esta obra, pero casi todos los personajes parecen estar rodeados de cierta áurea de soledad y tristeza.
Una obra muy interesante, para leer con calma y siempre teniendo en cuenta el contexto histórico de la misma: la máquina represiva había generado una tensión tal que se entiende perfectamente el maremoto hedonista y vicioso que se desató durante los primeros años de postfranquismo, algo que evocan a la perfección estas páginas.
Nazario al margen de ser uno de los autores casi fundacionales del cómic patrio underground es junto al Montalbán de Pepe Carvalho, el Bigas Luna de Caniche o el el Mendoza de El misterio de la cripta embrujada uno de los grandes cronistas de la Barcelona sin maquillaje pre-olímpica.