Un inesperado cadáver en una sórdida habitación de hotel, un detective que va a investigar el caso sin muchas ganas y una serie de pistas que le van a llevar vertiginosamente a lugares inimaginables. Jeff Lemire (Essex County, Canada, 1976) y Matt Kindt (San Luis, Misuri, E.E.U.U., 1973), dos de los guionistas independientes americanos más cotizados, se unen para hacer un guión a cuatro manos, jugando con los tópicos del género negro más clásico para darles un nuevo giro llevándolos a un misterio de alcance cósmico que implica a dioses y seres del más allá. A este tándem se une David Rubín (Ourense, 1977) con el que ya habían colaborado anteriormente en series como Black Hammer o Ether y que era el único dibujante posible para llevar a cabo los homenajes y guiños que pretendían con esta obra.
Cosmic detective es sobre todo un homenaje a las historias de ciencia ficción de Jack Kirby, a aquellos personajes que estaban por encima de las preocupaciones más mundanas, seres casi divinos. Pero es también muchas más cosas, como una crítica a las teorías conspiranoicas, con guiños a las películas de David Cronenberg y David Lynch, o un nuevo homenaje al Nighthawks de Edward Hopper. Estas y otras referencias y guiños van apareciendo a un ritmo endiablado en un tebeo que sobre todo quiere ser espectáculo y sentido por la maravilla. Y en ese sentido Rubín está excelso, con su habitual estilo: sigue jugando con páginas, con splash pages, con viñetas que no siguen el sentido de lectura habitual que apelan a la intuición del lector. Con ese color que combina los ambientes oscuros y lúgubres con los efectos y explosiones llenos de neón. Espectáculo visual a ritmo de infarto que se ve reforzado por un tamaño de álbum gigante, que parece un capricho, pero que consigue captar toda la visión del lector para una lectura envolvente, puro cinemascope.
Un tebeo que en Estados Unidos salió directamente a través de una exitosa campaña de mecenazgo promovida por los autores y que llega ahora de la mano de Astiberri en nuestro idioma preparen las palomitas y sumérjanse las aventuras psicotrónicas de este detective cósmico.