A finales del siglo XIX miles de judíos tuvieron que abandonar sus tierras, familias, conocidos y vidas en Rusia a causa de los pogromos de los que eran víctimas. Muchas de estas familias acabaron emigrando a Argentina, un lugar donde todavía había muchas tierras por colonizar y donde el iniciar una nueva vida no resultaba nada fácil. Una de esas familias era la de Jorge Zentner (Basavilbaso, Entre Ríos, Argentina, 1953), quien se inspira en algunos de los recuerdos de su abuela para crear la historia de Malka, junto a Rubén Pellejero (Badalona, 1952). Malka es una niña pelirroja que sueña con ese exótico país más allá del mar, al que parece que va a ir su familia, aunque no sabe si su abuela podrá acompañarlos. Una vez en Argentina se tendrá que acostumbrar a la dura vida agrícola en los llanos, donde cultivar la tierra es duro, sobretodo para gente que tenía otros oficios en Rusia. Así que su tío tendrá una visión y encontrará ayuda en una antigua leyenda judía. Pero el choque de culturas, la mezcla de la magia de la torah con la magia local puede hacer que el resultado se tuerza.
Continuando la larga colaboración entre Zentner y Pellejero, tras las aventuras de Dieter Lumpen, el dúo autoral vuelve a trabajar junto en esta historia pensada en capítulos para ser publicados entre 1994 y 1995 en la revista Viñetas, una de las últimas revistas de cómics. Seis historias, que conforman cada una un capítulo que se centra en un periodo concreto, avanzan el relato, manteniendo un tono de fábula en un contexto histórico, con la pátina de memoria familiar que añade profundidad al relato. A todo ello lo acompaña el espectacular dibujo de Pellejero, depurando un estilo propio con una línea de trazo más grueso, un dibujo más realista y, sobre todo, un uso del color directo, que refuerza la narrativa y crea páginas preciosas, en las que tanta importancia tienes los personajes como los paisajes en los que se mueven.
Un trabajo redondo que fue recompensado con el premio Alph-Art al mejor álbum extranjero en el festival de Angoulême de 1997, y que representó la abertura total del trabajo de Pellejero a ese mercado, donde ha ido desarrollando una sólida carrera, llena de reconocimientos, hasta el punto de llegar a ser escogido el dibujante que continúa las aventuras del mítico Corto Maltés de Hugo Pratt junto al guionista Juan Díaz Canales. Este Silencio de Malka fue uno de los grandes puntos de inflexión en la carrera de ambos autores. Un clásico que merece estar entre los títulos siempre a mano en la estantería de la librería y que recupera Astiberri en una nueva edición con páginas extra, un epílogo a la historia y cantidad de bocetos de Pellejero.