Atención que llegan las aventuras de Pepino, Héroe de Leyenda. Pepino es un conejo que vive en el Reino de Rosquilla y que está deseoso por empezar sus clases en la escuela de magia. Justo el día antes de partir, recibe una carta de su padre en la que le solicita su ayuda para salvar al reino de la malvada reina y, de esa forma, cumplir con su destino familiar. Lo que sucede es que él no está mucho por ese tipo de peripecias, suerte que su hermana Almendra tiene pasta de caballera y buena mano con la espada y le echará una mano en las aventuras que dan inicio en este primer tomo.

Aventuras que transcurren en un mundo donde los lugares tienen nombre de alimentos, muchas veces más que descriptivos, el azúcar por ejemplo lo extraen de minas. Y sus habitantes son conejos, cuya procedencia se puede deducir por la forma de sus orejas. Un mundo amenazado por una malvada reina que quiere despertar al temido Señor de las Pesadillas.

Gigi D. G. (California) inició las aventuras de Cucumber Quest en 2011 como webcómic, del que ha publicado cerca de mil páginas, que tras exitosas campañas de micromecenazgo, han sido recopiladas en cuatro tomos por First Comics, y que ahora trae en castellano La Cúpula y Brúfalo. Pepino, Héroe de Leyenda retoma el clásico camino del héroe, un esquema que siempre funciona en la fantasía, y le da un giro para todos los públicos. La reinterpretación de Gigi se basa en los videojuegos, donde la búsqueda de aventuras y retos es prácticamente el fin mismo. De hecho, aunque Pepino se resiste a ella, sus acompañantes no pueden resistir la llamada de la aventura, e incluso pueden llegar a  colaborar con los malos si eso hace más interesantes sus heroicidades futuras. Un giro interesante que se acompaña con humor, basado en la absurdidad de las situaciones, que se ríen de los tópicos del género. La influencia de los videojuegos no solo está en el argumento, también gráficamente se aprecia que los dibujos son de un estilo cartoon que tanto bebe de la ilustración infantil clásica como del manga, base gráfica de muchos videojuegos, con unos colores muy vivos, y resaltados por unos contornos que prescinden de la línea negra. Una combinación que reconocerán a lo que ven en pantalla los más jóvenes y que a los mayores, recordará a los cuentos troquelados de los 70.

Para nada son anticuadas las aventuras de Pepino. La acción es continua y los gags suceden a un ritmo que atrapa. Los personajes aparecen con naturalidad, encajan perfectamente en el universo de Gigi, crean un fondo inclusivo y diverso para nada forzado, reflejo de la sociedad del siglo XXI. ¿Cómo resistirse a este nuevo universo lepórido?