Tras “Homo Machus” y Laborachismo regresa Javirroyo con unas clases magistrales para desarrollar la creatividad, tanto para las personas que dibujan como, especialmente, para los que no. Bienvenido al gimnasio de la creatividad del autor.

¿Qué es Dibujo, luego pienso?

Es un gimnasio para aprender a crear y a ejercitar el cerebro. Son unas técnicas creativas que suelo hacer en talleres llevadas a libro. Comencé a realizarlo en 2020. En él, uso el dibujo como un vehículo para potenciar la creatividad.

Todo el mundo dibuja hasta los diez años. Con diez años le dices a un chaval que tiene que dibujar a un extraterrestre con tres ojos echando espuma por la boca y no se resiste pero a partir de los diez años la mayoría deja de dibujar. Mi intención es que vuelvan a ello. La cuestión no es dibujar como Leonardo Da Vinci sino que una profesora pueda explicar en clase la prehistoria, por ejemplo. Con un esquema y varios iconos lo puede hacer de forma sencilla. Se sabe que la memoria funciona mejor de una manera espacial, se fija más en los estímulos visuales. Si aplicas eso, como dice la neurociencia, al trabajo de la profesora, esa explicación se queda mucho más en la cabeza de los y las alumnas.

El dibujo sirve para pensar y ver las cosas desde fuera. Es una herramienta valiosísima. Utilizando la capacidad que tenemos los autores de cómic, con una serie de ejercicios de dibujo sencillos, tenemos una herramienta brutal.

Hablas de 2020 pero el taller nace antes, el 5 de diciembre de 2016. Trazas una línea con dos extremos, nacimiento y muerte, intentando contar lo máximo posible con el menor número de elementos.

El taller surge más tarde. En 2016 me doy cuenta de que estoy simplificando hasta tal punto que si quito algún elemento más ya se va a perder el mensaje. Simplificar tiene un gran potencial. Cuanto más sencilla es la representación gráfica, más empatía genera. Un ejemplo claro son las señales de tráfico, que son iconos muy fáciles de interpretar.

Otra forma de empatía que hemos vivido desde pequeños son los playmobil. Todo el mundo se puede identificar con el muñeco solo por el color del pelo.

Tendemos a completar las cosas. Eso pasaba en la pandemia. Con la mascarilla imaginábamos a la gente más guapa de lo que es en realidad porque nuestra cabeza tiende a completar la información del modo que más nos gusta.

La capacidad de trasladar imagenes icónicas está presente tanto en las primeras pinturas prehistóricas como en los mapas de metro.

Los mapas de metro usan infografías, dibujos muy simplificados que nos van a dar información. Representan datos a través del dibujo que no son visibles. En una pintura rupestre, en la cueva de Cogui de Lleida, vemos una cierva embarazada y en su tripa dos puntitos que representan su embarazo. Esa información no la tendríamos si no estuviese representada así.

El dibujo es un lenguaje y podemos contar cosas con él.

En el libro muestras las estructuras narrativas que has usado a lo largo de toda tu trayectoria. Por una parte es un libro de recetas de cómo practicar la creatividad, por otra parte tenemos una autobiografía en la que vemos cuál ha sido tu evolución hasta llegar al punto en el que te encuentras y por último es un recopilatorio de tus colaboraciones en redes.

De eso va el libro. Me interesan los libros híbridos, que son difíciles de etiquetar. Hay ensayo, humor, viñetas… me gusta mezclar.

Creo que el libro funciona bien y tiene distintos niveles de lectura. Puedes hacer los ejercicios, leerlo como un libro o ver los ejemplos aplicados a mi trabajo. El libro es un espejo en el que me he tenido que mirar. Es distinto trabajar que hablar de tu trabajo y eso es complicado pero si lo consigues es muy gratificante.

Hay un ejemplo claro. Hay un ilustrador que dice que si los atletas entrenan todos los días, por qué no hacemos lo mismo. El libro me lo planteé como un gimnasio para ejercitar el músculo del cerebro. En mi caso, si dejo de dibujar en agosto, en septiembre me siento agarrotado. Eso no nos lo   han explicado a los que nos dedicamos a la creatividad. Debería haber unas rutinas en las que empezar poco a poco hasta coger el tono como sucede con los deportistas. La neurociencia ha descubierto que el cerebro es un músculo elástico, se puede modular igual que cualquier otro músculo. Si vas al gimnasio todos los días tus músculos estarán desarrollados. En Londres se hizo un experimento y se descubrió que la zona del hipocampo, que es en la que desarrollamos la memoria espacial, estaba mucho más desarrollada en los taxistas que en el resto de la gente. Esto ocurría porque los taxistas habían estudiado los mapas de Londres y eso hacía que esa zona del cerebro fuese más grande.

Me he tenido que esforzar por hacer unos textos en los que poderme expresar para ser accesible. Pensaba que iba a ser sencillo pero para nada. Ha sido un trabajo arduo porque traducir todo lo que hago a un libro es complicado, pero quiero pensar que el el libro puede hacer a la gente un poco feliz y lo sea resolviendo problemas. A veces soy un poco iluso. He contado con la ayuda de Marta Turégano que es profesora de neurociencia de la Universidad Autónoma de Madrid, que ha estado asesorándome. A Marta le conocí en uno de mis talleres y fue muy chulo porque hasta entonces yo hablaba de mis procesos y ella explicaba por qué sucedía, como cuando un fisioterapeuta te explica que si corres de cierta manera mejoras tu rendimiento.

 

Una de las peculiaridades de tu trabajo, no solo en este libro, es que intentas sacar el dibujo de la especialización para llegar a un público lo más generalista posible.

Exacto. Como autor, siempre me he dirigido a un público generalista, incluso cuando hacía La cebolla asesina. Es importante poner el foco en la gente.

Por otra parte, el dibujo pertenece a todo el mundo, igual que la escritura. El dibujo puede ampliar tu radio de acción. Es cierto que hay gente que sale a correr y hay gente que va a las olimpiadas. No pretendo que quien siga mis ejercicios se convierta en Paco Roca. Son ejercicios que se usan a nivel doméstico pero lo que no debemos pensar es que el dibujo es solo para los profesionales. Es un lenguaje igual que la escritura. Cómo lo usemos depende de cada uno pero es una gran herramienta, de hecho los textos no dejan de ser dibujos. Se nos ha vendido que para dibujar tienes que hacerlo como Da Vinci pero el dibujo puede ser tan bonito y espontáneo como el que usaba Calpurnio.

Hay que dejar el dibujo en las manos de la gente para que lo use como quiera.

Cada capítulo del libro incluye ejemplos prácticos.

Si quieres hacer un libro para que la gente dibuje tienes que darle herramientas. Lo que planteo en los ejercicios son maneras de afrontar la página en blanco, escalones para comenzar. Hay quien piensa que en un folio no hay nada y es al contrario, tiene demasiadas cosas y solo hay que aprender a mirarlas. Hay que quitar la vergüenza para empezar a dibujar. Cuanta más gente entienda cómo se dibuja mejor nos irá a todos, incluidos los que dibujamos.

Es un libro de magia. No te importa mostrar tus trucos: los diagramas, tartas, mapas mentales que te ayudan a estructurar cualquier tipo de mensaje.

Yo trabajo de profesor y no creo que haya nada más bonito que aprender y que enseñar lo aprendido. Tengo un buen recuerdo de algunos profesores. En clase veías a gente que tapaba su trabajo para que no les copiasen pero siempre he pensado que hay que compartir lo que sabes. Es algo que me han enseñado personas que he tenido alrededor como Mariscal o Javier Jaén

Dedicas un capítulo al humor.

Para mi es el rey de la creatividad. Si te fijas en la Inteligencia Artificial, es complicado que pueda trabajar la ironía porque es uno de los sistemas más complejos que existen. Es muy difícil hacer reír. Para mi es la cima de la creatividad. Es imposible que te haga gracia un chiste de Siri.

Los chistes son muy contextuales además. Hoy son imposibles algunos gags de Martes y trece.

Hablas del Zeitgeist o espíritu de la época.

Hay una idea, para mi caduca, de que los artistas están tocados por la inspiración y esto no es así. Cogemos las ideas del sistema cultural en el que vivimos y dos personas, en distintos puntos del mundo, pueden tener la misma idea en el mismo momento sin que haya una copia. Es algo que ha sucedido en la invención de la aeronaútica por ejemplo. En la ciencia, cuando se da un mismo resultado en dos sitios distintos a la vez, no se habla de plagio, se habla de constatación.

Creo que no tiene mucho sentido esa visión del artista romántico encerrado en si mismo.

En tu trabajo las redes sociales son muy importantes. Unes lo digital con lo analógico llevando al papel lo que vas trabajando en tu laboratorio digital.

Estoy muy cómodo trabajando en redes sociales. Es como tener mi propio medio de comunicación. Las redes sociales son para mi un medio en si mismo. Otros lo usarán como publicidad u otra cosa. Obviamente tiene cosas malas pero a mi me da la posibilidad de llegar directamente al público.

Puedo publicar una tira diaria en redes y ya está pero el libro es una cápsula en la que profundizas sobre un tema. Son dos formatos que no tienen nada que ver. Las redes son muy efímeras y el libro te permite desarrollar el tema a tratar. Mis últimos libros han sido sobre el machismo, también en el ámbito laboral y ahora sobre la creatividad. Los libros me permiten trabajar de una manera más serena y para mi es un lujo.

¿A qué público se dirige el libro?

Está dirigido a todas las edades y a todos los públicos. Es una invitación a volver a jugar.

He visto cómo padres se lo daban a leer a sus hijos. Estoy muy cómodo en ese terreno.

¿Qué respuesta está teniendo?

En redes cada día veo que alguien lo comparte, lleno de post-its, como si fuesen libros peludos. Me comentaba una compañera ilustradora que le ha gustado y se ha sentido identificada con lo que estaba contando. También se dirige a los profesionales para verbalizar conceptos que no se nos habían explicado. No es un libro para aprender a dibujar sino para ejercitar la creatividad. Hay una parte divulgativa para empezar de cero con palotes y círculos.

¿Proyectos?

Ando pensando en el siguiente libro ya. Aparte seguimos con el cómic de El Estafador. Somos un colectivo de cuarenta y cinco dibujantes y actualmente somos la única revista semanal. Vamos a tener un espacio en un festival de música para interactuar con el público haciendo lo que solemos pero de un modo más cercano al espectáculo.

También voy a empezar a colaborar en una televisión local de Barcelona. Es una colaboración divulgativa con la creatividad y el humor de fondo. Demasiadas cosas a la vez.