El último trabajo de Rayco Pulido (Telde, Gran Canaria, 1978), premio nacional del cómic en 2017, es Ida y vuelta (Ediciones Idea, 2020), se trata de un de encargo de la Real Sociedad Económica de amigos del país de Gran Canaria, en el que el autor canario dibuja la figura de José de Viera y Clavijo (Realejo Alto, 1731-Las Palmas de Gran Canaria, 1813), miembro fundador de la sociedad, clérigo amante del saber, abierto a los aires ilustrados que venían de la Francia enciclopedista de la época.
Para afrontar una tarea de esta naturaleza, Pulido deja bien claro en el prólogo del libro que no quiso ceñirse a un recorrido cronológico por el periplo vital de Viera y Clavijo, sino que prefirió coser el relato, centrándose en su devenir viajero y en sus inquietudes intelectuales: cultura, filosofía, historia y ciencia. Amante de Voltaire, máxima figura de la Ilustración, del que fue traductor, Viera y Clavijo fue autor de un voluminoso compendio de textos sobre las islas, Noticias de la historia general de las Islas de Canaria, así como de novelas, poemas e incluso manuales sobre oficios que pueden considerarse precedentes directos de las enseñanzas de Formación Profesional.
Aunque sea un trabajo de encargo, con una previsión de trabajo de seis meses que, paternidad mediante, acabó siendo de dos años, Rayco Pulido lo lleva a su terreno (como él mismo afirmaba en una entrevista concedida al diario Canarias 7, publicada el pasado 14 de noviembre) , la fase de documentación fue fundamental. “Requiere muchas lecturas para diseñar el personaje. Primero ante la parte divulgativa, porque el encargo es para descubrir a Viera a la gente que no lo conoce, pero luego hay que hacerte al personaje. Y eso se consigue a través de los diarios y las cartas, ahí es donde intuyes cómo era el hombre y ves que era un cachondo. Una persona muy irónica, todo lo que escribe tiene retranca. Fue una de las cosas más gratas del proceso”.
El libro se inicia cuando Viera y Clavijo parte hacia la península en 1770 para hacerse cargo de la educación del hijo de José de Silva, Marqués de Santa Cruz, amante de la modernidad y aristócrata vinculado al movimiento ilustrado de la época. Del Madrid de las cortes, el sacerdote canario viajará a Francia donde se imbuirá de los saberes de la Academia hasta su regreso a Madrid, tras la muerte de su pupilo. Posteriormente, recorrerá de nuevo Europa, llegando a visitar la inexpugnable biblioteca vaticana y pudiendo tomar notas de documentos relacionados con su tierra natal. Pulido cierra el relato con la vejez del clérigo en Gran Canaria.
En Ida y vuelta, el lector encontrará al Rayco Pulido de castellano clásico, línea depurada y dibujo ligeramente caricaturesco que ya leímos en Nela (Astiberri, 2013) y Lamia (Astiberri, 2017). Siguen los entornos minimalistas y las elegantes orfebrerías para ubicar la obra en la época. No faltará el fino humor y su querencia por diagramas, abstracciones y otras filigranas. Ida y vuelta es un paso más en una trayectoria ascendente en la que no se adivina, por suerte, un final.