Hay una pequeña selección de libros que trascienden su tiempo y se convierten en clásicos imperecederos. Es el caso del libro que nos ocupa, testimonio de una vida, la de la fotógrafa Tina Modotti, y de una época, los años 20, llena de revoluciones. Modotti es un libro en constante evolución como muestra su nueva versión, editada por Reino de Cordelia. Ángel de la Calle (Molinillo de la Sierra, Salamanca, 1958) especula en la obra sobre los pasajes oscuros en la vida de la fotógrafa y, en la nueva edición, se hace eco de las nuevas investigaciones al respecto. Un trabajo vivo y necesario en una época en la que es preciso revisar la historia para no repetir los mismos errores.
– El libro nace en 2003 y no ha dejado de crecer desde entonces.
Sí, aunque claro, el libro nace (o se hace) tiempo antes. Digamos que el primer volumen aparece para el Salón de Barcelona de 2003. Y dices bien, no ha parado de crecer. Primero el volumen 2, en 2005, y luego los libros completos (integrales, dicen). En cada edición del integral había cosas nuevas. Y hubo varias de estas ediciones en España. Hasta el colapso de Sinsentido. El libro estaba agotado en España desde 2012.
– Modotti se divide en dos tomos. Cada uno de ellos comienza y acaba con una muerte. En el primer libro la muerte de Julio Antonio Mella, amante de la protagonista será el hilo de Ariadna del que irás tirando para intentar desentrañar el misterio de Tina.
Mi idea de una buena biografía es la del libro de Hans Magnus Enzensberger El corto verano de la anarquía que cuenta la vida de Buenaventura Durruti. Yo no quería hacer una biografía al uso, quería contar la historia de esta mujer que me fascinaba. Lo que pretendía era hacer la mejor biografía hecha nunca de Tina Modotti, pero que fuese contada como una novela, con técnicas narrativas de relato, no histórico, y estructura no lineal. Y lo mejor para interesar al lector y crear enigma es comenzar con un crimen. En eso, responder a una pregunta, se basa la novela negra… y la mitad de todas las demás novelas.
– El segundo libro comienza con la muerte de Tina.
Por lo mismo. Era comenzar la segunda parte contando el final. Creando sobre la muerte de la protagonista otro enigma e ir hacia atrás, al momento donde había acabado la primera parte. Ya que durante mucho tiempo la extraña muerte de Tina fue objeto de discusión, como el asesinato de su amante, pues la cosa ya me venía rodada.
– La presente edición se beneficia de nuevos descubrimientos sobre la muerte de Mella.
Sí. En el libro cuando algo no se sabía o no estaba contrastado se contaban las diferentes versiones y yo apuntaba cual era la mía. Bueno, pues mi versión del asesinato de Mella era errónea. Unas investigadoras de la UNAM encontraron los archivos de la policía secreta mexicana (no desclasificados) y ahora ya sabemos la verdad sobre el asesinato y los asesinos. Así que fui a entrevistar a esas chicas y en un nuevo epílogo se cuenta la versión real del crimen.
– La historia del libro es la de su propio proceso. Los callejones sin salida, los aciertos y errores que muestras al gran público a la hora de ofrecer tus propias conjeturas.
Es lo que te decía, no soy biógrafo, no quería hacer una biografía, quería contar la vida de Tina. Y al poco de empezar vi que no podía contar su vida si no contaba el proceso de búsqueda de los datos. Y cuando me tropezaba con algo que no podía resolver se lo contaba al lector. Con el truco (prestado del Maus de Spiegelman) de poner a mi lado a un amigo, en este caso el escritor Paco Ignacio Taibo II, para hablar con él y contrastar opiniones.
– Uno de los capítulos más emblemáticos de Corto Maltés se llama “Por culpa de una gaviota”. En el caso de Modotti se podría titular “Por culpa de una fotografía”.
Sí, verdaderamente… Como cuento en el libro, una fotografía vista en un programa en la tele, comprada por Madonna en una subasta fue el lejano origen de todo. Eso fue a finales de los ochenta o principio de los años noventa.
– El libro ha sido pionero de la novela gráfica en nuestro país.
En ese formato físico solo había, en ese momento, El prolongado sueño del señor T, de Max. Que había sido prepublicado en El Víbora y luego editado en formato libro. Pero la temática y el desarrollo del precioso libro de Max no es lo que al principio se entendería como novela gráfica (que ya no quiere decir nada, significa tebeo, cómic, historieta, libro ilustrado, etc.) que entonces aquí era Maus y las primeras entregas de Persépolis y tal… Luego ya vinieron Arrugas, El arte de volar, los libros de autoayuda en viñetas y sigue.
– La obra parece hacer un retrato generacional de una sociedad desencantada, que vio en el México revolucionario un modo de unir arte y compromiso.
Bueno, a mi Tina me servía para contar la historia de la cultura de los años 20 y 30, que me parecen los mejores en el plano creativo y artístico de la primera mitad del siglo XX. Tina Modotti conoció a todo el mundillo intelectual y pasó por las ciudades que escribieron, pintaron, filmaron y fotografiaron esos años, Los Ángeles, Hollywood, Ciudad de México, Berlín, Moscú, París, Madrid… Los que la rodeaban eran la vanguardia artística y política, cuando la vanguardia política fue derrotada las vanguardias artísticas lo fueron también. Ella como mujer lo vive desde la imposibilidad, haciendo las cosas que hacen los hombres y no recibiendo el mismo trato y recompensa. En ese sentido es feminista. En el político es estalinista.
– En el segundo libro, el tono es mucho más sombrío y pasamos de la Tina fotógrafa a la Modotti militante de causas perdidas.
Lo que la define es que era una artista. Y cuando ya no pudo complementar su militancia con su actividad artística abandonó, radicalmente, el arte y la cámara de fotos. Era una agente encubierta de la Comintern, vivía con la posibilidad de ser detenida, torturada y fusilada cada día. En misiones de alto riesgo en el extranjero y una vida de desasosiego en Moscú. Cuando ella está ya han comenzado los primeros juicios de Moscú.
– En el libro mezclas la historia de la protagonista con tu propio recorrido vital, contando con Paco Ignacio Taibo II de partenaire.
Como te decía, era un artilugio narrativo para que el libro tuviese reflexión interna. Toda obra postula el universo pero también habla con ella misma y con su lenguaje, en este caso el de las viñetas. Por eso Paco está ahí. Y también porque en ese sentido el libro es autobiográfico, lo que cuento nos pasó a nosotros realmente.
– A través del libro vemos nacer y crecer la Semana Negra de Gijón, uno de los grandes festivales del estado.
Sí y en un momento de riesgo de desaparición del festival por el odio que le profesa a la Semana Negra la reacción política de la ciudad. Esto ha sido así, en diferente grado e intensidad, cada uno de los 32 años que van de festival. Me sirve, en el libro, para enfrentar una manera de contar la Historia, de incidir en que las luchas de Tina son las mismas luchas por el progreso social y cultural que ahora tenemos. Que los viejos perros siguen ahí.
– Superman y Batman discuten en el Chelsea hotel, uno d ellos momentos más emblemáticos del libro.
¡Ja, Ja! A ti te parece un momento emblemático del libro y a otros lectores les parece una marcianada. ¡Qué caray, si con más de 100 años de historia el cómic no puede ser autorreferencial, ya me dirás!. Sucede que el éxito internacional del libro viene del hecho de que lo lee gente que no va a las librerías de cómic ni sigue nuestros vicios y subculturas. A mi me gustaba la idea de que si lees superhéroes sabes que por fuerza cuando fueron creados en los años 30, Batman tenía que haber sido trotskista y Superman estalinista, iba de suyo. Y la lógica indica que a estas alturas estaría hechos un despojo, por las adicciones, y malviviendo en un hotelucho. Yo los mandé al hotel Chelsea, que me parece más poético y referencial.
– El libro ha sido publicado en cinco países y han hecho que te conviertas en un nómada como tu adorado Pratt, defendiendo el libro haya donde interese.
Tina viajó en mi maleta durante bastantes años. Y luego el libro me ha hecho viajar por medio mundo desde hace años. La primera edición extranjera fue la brasileña en 2006, que aunque en un solo libro, corresponde al material de la edición en dos volúmenes. La primera edición italiana también fue en dos volúmenes. Pero las siguientes en Italia y en los demás países ya fueron en volumen único. En Francia es uno de los libros recomendados en el bachiller de artes, en Alemania les gusta a los anarcos punkis (lo que para una estalinista como Tina no está nada mal) y en Italia, bueno… es donde nació. Y en Grecia me hicieron ir a México a repetir lo que cuento en el libro del día que fui a dejar sobre la tumba de Tina un ejemplar del cómic y grabarlo para un documental de la tele. En mayo sale en México esta nueva edición y en octubre esta versión en Francia (me han dicho que le van a poner la portada del segundo volumen inicial español).
Lo que más me enorgullece es que en el único libro publicado sobre la historia de Socorro Rojo Internacional en España, obra de la historiadora italiana Laura Branciforte y editado por Siglo XXI, pone mi cómic en la bibliografía consultada para escribir la obra, junto al resto de documentos y libros de Historia. ¿Eso era lo que queríamos, no? Que nuestros cómics fuesen igual de valorados en la academia que los libros solo de texto.
– Tu siguiente libro será Pinturas de guerra, de nuevo un libro de largo recorrido que parece que pelea por seguir presente en nuestra memoria.
Vuelvo a hablar de cultura (que es el mundo en que yo me desenvuelvo, hablo de lo que conozco), en este caso de los años 60/70, que son los otros 10 años luminosos del siglo pasado. Donde el arte sigue ligado a la política, con o frente al poder.
– El libro muestra una visión mucho más descarnada de los exiliados en Francia que una vez pensaron que el arte podría cambiar el mundo.
Los latinoamericanos volvieron a perder las segundas guerras de liberación de la colonia, que es lo que fueron las guerrillas de los años sesenta, que acaban con la derrota y la implantación de las dictaduras fascistas impuestas por Washington. Y el arte no es ajeno a eso. Y los artistas tampoco. Y también habla de la maravillosa Jean Seberg, tan parecida a Tina en bastantes cosas. Y del mundo… que no será del arte ni de la poesía.
– A las numerosas traducciones hay que sumar la gallega. Una tradición muy poco explotada, la de la edición en las lenguas co-oficiales en este país.
Es un orgullo para mi, porque uno de los mejores autores de este país Kiko da Silva, que es también uno de los activistas del cómic más importantes, que dirige una escuela del nivel de Garaxe Hermético, una editorial como Retranca, que siempre tiene una revista en la calle y que cuando firma para los chavales la cola parece la de Jan. Pues que un tío así haga la edición más bonita de Pinturas para que sus paisanos de lengua también la tengan, me abruma, me pone colorado y me hace feliz. Si un día termina el libro que está haciendo, A la Sombra de las piedras flotantes, nos va a dar sopas con honda a todos.
– Edita ambos libros Reino de Cordelia, editorial que recupera a una generación de autores que se quedaron sin espacio con la caída de las revistas y que llegaron demasiado pronto al auge de la novela gráfica.
Por muchos premios que ahora gane o pierda Pinturas de guerra y tantas buenas reseñas y tantas ediciones por ahí fuera, la realidad es que ninguna de mis primeras opciones editoriales quiso publicarla en España (y había ya tres ediciones extranjeras cuando se publicó la española). Supongo que por lo mala que les parecía, aunque lo que me decían es que era demasiado “intelectual” o “que salían muchos nombres” (sabido es que los cómics son para niños y retrasados culturales, mala cabeza la mía). Esa es la realidad, hablamos mucho de buscar otros lectores, darle más densidad a las historias que contamos, mucho llamarnos Novela (Gráfica), pero es más fácil publicar una novelita rosa, a lo Corín Tellado, en versión viñetas o un libro de autoayuda con dibujitos (más si lo hace algún youtuber o similares), o un manga infranarrativo, que un cómic en que se hable del mundo real, presente o pasado y no pensado para los que no leen sino para los lectores a los que sí les gusta leer.
– De las editoriales interesadas la que mejor edita es Reino de Cordelia. Así que al menos que estuviese bien editada ¿no?.
Y bueno, en la misma colección están Miguel Ángel Martín y George Herriman, Gimeno, José Pablo, Laura, Federico del Barrio y McCay, entre otros que se me olvidan. Así que para ser una editorial cuyo objetivo son novelas, libros ilustrados, poesía, teatro, clásicos y modernos y que para ellos el cómic es una cosa bonita pero más lateral, no está mal ¿verdad? Por eso es lógico que sean ellos los que reediten en España Modotti. Así mis dos libros de cómic están en la misma editorial.
– ¿Es ésta la edición definitiva de la obra?
Da la sensación de que Modotti es un libro que sigue abierto y en construcción. A veces me siento extraño en las presentaciones o en las charlas en las universidades, liceos o librerías cuando tengo que volver a hablar de Tina, porque me da la impresión de que estoy en un bucle desde que salió el libro, y va para 16 años. Así que imagina cómo me sentí cuando a finales de año me puse a realizar nuevas páginas. Espero que esta sea la versión canónica, que se siga vendiendo mucho y que yo no tenga que hacer más que portadas nuevas.
– ¿Cómo es la convivencia con Tina después de tantos años?
No hay mejor homenaje que el recuerdo, no hay más culto real que la memoria crítica, no hay mayor amor que la complicidad en sus obsesiones. Todo es sueño, casi todo se vuelve pesadilla.
– Has vivido la caída de las revistas, la aparición de nuevas editoriales como Sins Entido, la llegada de la novela gráfica… ¿Cómo ves el panorama actual de nuestro mercado?
Me consuelo pensando en cómo estábamos en 1997.
– ¿Proyectos?
El nuevo libro, que será un relato de 80 páginas ya escrito y con el guión hecho, gracias a una beca francesa, se llama Hoy que ya pasó la vida. Ahora tengo que dibujarlo, pero estoy muy perezoso y desganado. Igual le pido a alguien que lo dibuje y yo me pongo a lo que me apetece que es acabar al trilogía, primero los años 20, luego los sesenta y ahora…