No pasa todos los días…que una obra magna como la Rúe del 13 Percebe venga prologada por Javier Pérez Andújar y que la selección de las historietas -por orden temático- corra a cargo de Jordi Canyissà. Este simple hecho bastaría para justificar la adquisición de dicho volumen. Por si fuera poco la edición es excelente en cuanto a la calidad de colores y gramaje del papel. Indispensable para cualquier amante de los tebeos, esto es un auténtico pedazo de vida sintetizado en esa extravagante y fascinante comunidad de vecinos.
Este año la adaptación del libro La Carretera de Cormac McCarthy a cargo de Larcenet ha servido para reconocer el enorme talento de su autor a la hora de abordar cambios narrativos. Pero mucho antes ya nos había regalado esta fabulosa historia en cuatro volúmenes que ahora recopila Norma en un fastuoso tocho. Aquí ya nos dejó claro a todos que no estábamos ante un autor cualquiera. Venía de embelesarnos con el colorido y emotivo Los combates ordinarios y para muchos este giro de 180 a la negritud fue una autentica revolución.
Siempre del lado de las clases sociales más desfavorecidas por el “desarrollismo español” —justo en 1962 publicaba una trilogía única centrada en El peó de camins, L’escombracarrers y La florista, las tres reeditadas por Kalandraka en 2017 [la edición original, a cargo de Lumen]—, Cesc desnuda las contradicciones del franquismo al salir de los años más duros de autarquía. Sus imágenes irónicas y tiernas retratan a la perfección las contradicciones de la sociedad catalana desde los años sesenta hasta los noventa, cuando se jubila.
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En alguna de mis fantasías apocalípticas éramos James y Hilda, los protagonistas de Cuando el viento sopla, intentando seguir las instrucciones del gobierno inglés para salvaguardarse de un inminente ataque nuclear. Su apocalipsis pasaba 1980, cuando la televisión británica emitió un documental sobre qué hacer en caso de una explosión nuclear. El miedo era más que real, las soluciones algo caseras. Se armó tal revuelo que se imprimieron panfletos con consejos pseudo-científicos parecidos a los que siguen los protagonistas de nuestra historia. Dos ancianitos que no quieren dejarse llevar por el pánico y depositan toda su confianza en un gobierno que les va a llevar a la extinción como especie.
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En las 13 páginas de Un matrimonio infernal, Burns da rienda suelta a su argumento más extravagante y malsano que supone una crítica demoledora del matrimonio tradicional. Estamos en el ámbito de las historias románticas, pero Burns lo convierte en el tropo narrativo de la princesa secuestrada por un ogro; aunque ambos sean marido y mujer. Los papeles se intercambian: la hacendosa esposa está ávida de placer carnal y el ogro está discapacitado debido a las heridas sufridas en el campo de batalla del Pacífico. Burns difumina la línea temática que va del cómic de género romántico al de terror o underground.
Antes de perseguir la alargada sombra del grandioso Franquin, Francisco Ibáñez con tan solo 21 años y recién ingresado en la nómina de Bruguera. elaboró un imaginario casi equiparable al de los Mortadelo y Filemón, Botones Sacarino y demás insignes personajes que vendrían después. Este recopilatorio recoge parte de esa producción con una excelente selección de algunas historietas de Godofredo y Pascualino viven el deporte fino (grandioso título), Increíble pero mentira o Ande, ríase usté con el arca de Noé.
La mayor parte (por no decir todas) las desventuras oníricas de este cómic se basan en el ansia de poseer tres cosas; heroína, heroína y heroína…una de las grandes protagonistas de esa época, nacida de las ansias de probar cosas nuevas, de la falta de información y de la necesidad de evadirse de las miserias diarias.
Todo esto encuadrado una ciudad que ya no es la que era, un lenguaje que ya no es el que era, un estilo de vida que ya no es el que era…en resumen, una época que ya no va a volver. Lo que si que parece sempiterno es el contexto social que se repite generación tras generación, con diferentes barnices.
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Despuntaba el año y Norma Editorial se sacaba un as de la manga: un integral serializado de los álbumes de Blake y Mortimer. Una auténtica joya que ni siquiera existe en versión francesa. El primer volumen viene prologado por Antonio Altarriba, pero este segundo volumen recoge tres historias totémicas dentro de la serie La Marca Amarilla, El enigma de la Atlántida y S.O.S. Meteoros prologados aquí por Álvaro Pons y Jorge García
Después de la recuperación el año pasado de las páginas dominicales del famoso cómic Gasoline Alley en Domingos con Walt & Skeezix, o de Poly and her Pals en 2022, Diábolo volvía a lanzar un órdago con la publicación de la tiras del Thimble Theatre, la serie de E.C. Segar que posteriormente vio nacer al icónico Popeye. Las tiras dominicales que se presentan en este volumen han sido reproducidas con un asombroso nivel de detalle, manteniendo el color original, una auténtica maravilla, un disfrute para cualquier amante del cómic.
Con motivo del centenario de su nacimiento, Norma Editorial Lanzaba una espectacular recopilación a modo de retrospectiva de la obra de Coll. En un formato que hace justicia al talento de un autor que pese a no tener ningún personaje fetiche o recurrente, trascendió la historia del cómic sentando las bases del humor gráfico desde el TBO.
Este fantástico libro cubre, en parte, el incomprensible vacío que se le ha brindado a su memoria por parte de las instituciones. Una auténtica lástima.
Jean Giraud -aka Moebius- es sin duda uno de los artistas que configuraron el imaginario del Siglo XX. A la altura de Asimov o de Philip K. Dick, su legado dentro del ámbito de la ciencia ficción es impresionante: tanto en el ámbito gráfico (probablemente el mejor dibujante de cómics de la historia) como en lo que se refiere a la creación de un imaginario particular. Fuente de inspiración para otros creadores de la talla de George Lucas, por ejemplo.
Este impresionante volumen recoge parte de su obra publicada en la revista Metal Hurlant. Más de quinientas páginas que dan la talla de su genio desproporcionado: un creador absoluto y total.
Poner a Daniel Clowes en lo más alto de una lista donde hay nombres como el de Moebius, E.C. Segar, Josep Coll o E.P. Jacobs puede parecer una exageración, incluso un provocación…pero es que Eightball, la revista que creo Daniel Clowes a finales de los ochenta, es algo así como el alfa y el omega del cómic norteamericano finisecular.
Muchos equiparamos la experiencia de su primera lectura con la primera vez que vimos por ejemplo Blue Velvet de David Lynch. La sensación de asombro que fueron capaces de provocar ambos autores es muy similar: ese inquietante retrato del reverso oscuro de la sociedad americana.
Esto es historia del cómic, esto es lo mejor que le ha pasado en los últimos 30 años y la edición de Fulgencio Pimentel está a la altura de las circunstancias. Soberbio, indispensable y genial, por supuesto.
