El último cómic del maestro Daniel Torres (Teresa de Cofrentes, Valencia, 1958) es un genial rompecabezas, un homenaje al arte de hacer tebeos y a un montón de cosas . A saber y por citar algunas: a su padre, a los cartelistas republicanos, a la prensa satírica anterior a la Guerra Civil, a los cómics del journal de Pif (personaje creado por el exiliado republicano José Cabrero Arnal), a Charles Chaplin y a Picasso, por supuesto.
Jugando con la ucronia, Torres ha orquestrado en esta ocasión una novela gráfica que se lee en una exhalación, pero que tiene mucha más miga de la que pueda parecer tras una primera lectura. Un cómic mayúsculo que ha ido presentando el autor por la península, junto a un enorme dossier en el que mostraba el andamiaje del mismo. Espectacular. Lo mejor es que el valenciano ya tiene dos nuevos proyectos entre manos.