Lo primero que uno siente al coger Andy. Una fábula real es su contundencia: un tomo de más de 560 páginas que pesa más de quilo y medio. Y los reflejos de los bordes de las páginas plateados confirman que este no es un cómic habitual; estamos ante una gran superproducción. Como aquellas grandes películas del Hollywood clásico, en las que se tenían que asociar varias productoras para poder explicar historias más grandes que la vida. Y la vida de Andy Warhol, uno de los artistas más influyentes de la segunda mitad del siglo XX, es una de esas historias. Pero a diferencia del cine, los tebeos son proyectos de pocas personas; en este caso, son las manos de Typex (alias de Raymond Koot, Ámsterdam, Países Bajos, 1962) las que han trazado está inmensa biografía.
Typex se centra en diez períodos de la vida de Warhol, desde sus orígenes en una humilde familia de inmigrantes sobreviviendo en el Pittsburgh de la Gran Depresión, pasando por sus inicios como ilustrador de éxito en New York, a su interés por el arte y cómo llega al art-pop, al convertir unas latas de sopa en objetos de arte codiciados. De ahí a la transformación de su arte en una industria de la reproducción, un cambio de paradigma, dentro del mundo del arte. Pero también muestra su interés por el arte popular, desde el cine hasta la música o la televisión, siempre en estrecha relación con la búsqueda de la fama y siempre desde los márgenes más extremos del medio, desde el cine underground experimental neoyorquino a la música más experimental de la Velvet Underground.
Typex se interesa en este libro por mostrar el Warhol más íntimo, sus múltiples facetas, sin entrar a juzgar al personaje, dejando que sea el lector el que se vaya formando su propia opinión ante los hechos que presenta. Typex decide donde poner el foco y lo hace de maravilla a lo largo de todas las páginas: presenta las múltiples inconsistencias y dicotomías de Warhol, sus problemas con la homosexualidad en una sociedad no preparada para ello, sus primeros amores, que le inclinan de forma natural a todo lo prohibido, a los ambientes underground, donde la homosexualidad, el transformismo, las drogas y todo tipo de desfases y locuras están permitidas. Warhol se presenta en esos ámbitos, más como observador y promotor que como participante activo, siempre marcando cierta distancia. Una doble vida de contradicciones, frágil e inseguro en lo cercano, frío y manipulador en lo profesional. Dicotomías que van de su amor al arte por el arte y el puro hedonismo al arte como puro negocio. Hasta que finalmente se disfraza del todo y se convierte en su propia obra, un personaje mediático global que esconde una complicada vida bajo su peluca rubia.
Typex es riguroso en presentar esos dilemas vitales, en presentar el entorno cultural de cada momento, pero si para explicarlo necesita inventarse situaciones o encuentros, no duda en hacerlo. Así, aparecen encuentros de Warhol con Elvis Presley, Robert Crumb o Tom of Finland, que parecen inverosímiles, aunque tienen sentido culturalmente. Conviven con episodios verídicos más conocidos que marcan la trayectoria de Warhol, como el mecenazgo de la Velvet Underground de Lou Reed, su relación con las musas Edie Sedgwick y Nico, su encuentro con el malogrado Basquiat o el intento de asesinato de Valérie Solanas. Andy es un tebeo con tanta información y detalles que es inacabable.
Typex es un autor satírico que se dedica a los cómics y a la ilustración desde 1982. En 2013 publica su primera novela gráfica, una biografía de Rembrandt comisionada por el Rijksmuseum de Ámsterdam. Inmediatamente se pone a trabajar en esta obra, que le ha llevado más de cinco años completar, con períodos de trabajo de 14 horas diarias, una dedicación intensa. El holandés juega con distintos estilos gráficos, adaptando su dibujo a lo que marca la época que está relatando, desde un trazo más cercano a la clásica prensa americana de posguerra, pasando por planteamientos más pop de los cómics de los años 50 o 60 y la ilustración de los 80. Siempre con una paginación clásica, con una parrilla de dos por tres viñetas por página como base, que varía cuando la historia lo necesita. Sin embargo, es en el coloreado donde da el do de pecho y marca las diferencias visuales entre los diez capítulos. Coloreado que tanto indica la etapa artística de Warhol como su estado anímico o los cómics de la época representada. Una filigrana estilística que refuerza la lectura sensorial.
Andy ha sido impulsada por Casterman; los derechos se negociaron previamente en Frankfurt, para lograr una edición simultánea en seis idiomas -francés, inglés, alemán, italiano, holandés y español- de la mano de Random House. La tirada global ha sido de más de 50.000 ejemplares y ha empleado a más de 55 personas en su elaboración. Se trata de uno de los tebeos del año. Ya está selección oficial que opta al gran premio del festival de Angoulême, y aparecerá en muchas de las listas de recomendaciones de final de año. Existe incluso una edición exclusiva que se desdobla como si fuera el paquete de jabón que recrea la portada e incluye una serigrafía firmada por el autor.