Georgia O’Keeffe fue una pintora y escultora estadounidense y hasta que leí este cómic desconocía su existencia por completo. En general, las biografías en formato cómic me resultan muy atractivas y más aún si plasman la vida de una artista, por lo que esta obra instantáneamente captó mi atención.
Aquí María Herreros nos propone un viaje por la carrera de O’Keeffe a través de una serie de cartas y una voz en off que va detallando acontecimientos históricos y nos pone en contexto. A través de las cartas podemos saber más de los pensamientos, los miedos y las inquietudes de la pintora: qué pensaba de su obra, cómo sentía que el público la percibía, a dónde quería llevarla.
En cuanto al dibujo nos encontramos con una línea flexible que se deforma y resulta muy expresiva, captando muy bien la mirada y las manos de O’Keeffe. El color es apagado, con muchos tonos tierra y el rosa pálido de la piel. Las páginas tienden más a la ilustración de página completa que a la división en viñetas y cuando hay viñetas tienen formas poco habituales como redondeadas o superpuestas sobre otra de mayor tamaño. Esta composición atípica le sienta bastante bien a la propia voz del cómic.
Georgia O’Keeffe resulta muy interesante como acercamiento a la vida y la obra de la artista. La idea de meter la correspondencia de la pintora es muy buena y le da más profundidad a la narración. María Herreros antepone la idea de hacer un retrato psicológico de O’Keeffe antes que establecer una historia más convencional como suelen hacer otras biografías. Una decisión muy valiente.