La mayor afición de Nomoto es cocinar, le encanta preparar distintas recetas y luego sacarle fotografías para subirlas a las redes sociales. Dentro del mundo culinario, lo que más le gusta es cocinar suculentos platos en grandes cantidades, lo que no puede hacer porque no tiene demasiado apetito. Esto cambia el día que conoce a Kasuga, su alta vecina que come de forma abundante. Pronto entre ellas surgirá una amistad que se irá convirtiendo en algo más.
En este manga nos encontramos una historia costumbrista que se centra en la vida de sus dos protagonistas, Nomoto y Kasuga, tanto en su trabajo como en su parte fuera de él. Con un dibujo limpio y sencillo que no escatima en detalles a la hora de plasmar la deliciosa comida y el romance floreciente entre sus protagonistas.
Cocinando juntas, comiendo juntas fue todo un fenómeno desde su salida. Con tan solo cuatro tomos publicados este manga ya cuenta con una adaptación a televisión, con una segunda temporada que se estrenará el año que viene. La clave de este manga es, por un lado, lo sumamente confortable que es, centrándose cada capítulo en cocinar y comerse un plato distinto.
Los mangas de tipo o temática gastronómicos son siempre muy populares, ahí están La cantina de medianoche de Yaro Abe, Tragones y Mazmorras de Ryoko Kui, El gourmet solitario de Jiro Taniguchi y Masayuki Kusumi o la saga Oishinbo. Cocinando juntas, comiendo juntas también trata con naturalidad temas como el feminismo, los roles de género o la igualdad de derechos de las personas lgtb en Japón. Su mangaka, Sakaomi Yuzaki, se ha mostrado en redes sociales apoyando al colectivo e incluso recaudando dinero para organizaciones a favor del matrimonio igualitario.
Este manga es ideal para todas aquellas personas que disfruten de los mangas ya citados, del costumbrismo y del romance realista. Cocinando juntas, comiendo juntas es una lectura agradable y divertida, a la que no recomiendo acercarse con el estómago vacío.