En un mundo inundado por el cambio climático, los seres humanos han quedado desperdigados por las últimas islas que aún permanecen en la superficie. De vez en cuando aparece la Isla Efímera, acompañada de tifones, desatando el caos, y haciendo que la vida sea un poco más difícil para las pocas personas que quedan.
Como su propio nombre indica, Crónicas de la isla Efímera recoge una serie de crónicas sobre este mundo con normas nuevas. A lo largo de tres relatos espaciados en el tiempo Li Shang-Chiao (1990, Taiwán) escribe la historia de sus habitantes y cómo se relacionan con esta nueva situación.
Uno de los elementos más llamativos de este manhua es el estilo de dibujo, a cargo de Evergreen Yeh (1986, Taiwán), con una línea suelta y un color a acuarela desdibujado y fresco, siguiendo la línea de otras obras como Los niños del mar de Daisuke Igarashi o El viaje de Shuna de Hayao Miyazaki. Esta estética en tonos tierra en contraste con el azul del cielo queda muy bien con los temas tratados en la historia con esa naturaleza imposible de domar. A veces se adentra en el mundo de la fantasía y el dibujo pasa a emplear trazos de lápices de colores y mancha de ceras, dinámico e interesante visualmente.
Con un dibujo impresionante y una historia sobre el valor de la naturaleza, Crónicas de la Isla Efímera es una obra muy en concordancia con las inquietudes actuales sobre la emergencia climática y, justamente por eso, se agradece que sea una lectura esperanzadora.