El nuevo cómic de Max (1956, Barcelona) es también el primer Premio Finestres de cómic en catalán, una iniciativa importante para incentivar la creación y lectura de cómics en dicha lengua. Que su primera edición se la llevara un autor como Max suponía muchas cosas. Por un lado la voluntad de traer al premio cierto prestigio que viene de la veterana y el reconocimiento internacional. Por otro, colocaba el listón muy alto y quizás desalentar aautores y autoras con no tanta carrera.
Sea como fuere nos encontramos ahora con este Qué que resulta ser una parodia del género de la literatura de los viajes iniciaticos (o de los viajes iniciaticos en general). Destaca por ser una síntesis de su obra más reciente, recogiendo tanto temas y tonos como recursos habituales en el dibujante. Así tenemos la idea del viaje siempre hacia adelante con muy poca (pero significativa cuando la hay) mirada hacia atrás. Qué hace gala de una exposición cuasi teatral soportada por su narrativa, en la que el marco de la viñeta se amplifica hasta inundar la página (o doble pagina) como si estas mismas fueran un escenario ante los ojos del lector. Son formas que hemos visto en Oh, diabólica ficción o en Manifiestamente anormal.
De este último recoge (y me estoy riendo mucho mientras escribo esto) uno de sus géneros favoritos, el de los señores encabronados, que también vimos en Vapor, por ejemplo. No solo lo es aquí el protagonista sino también cuarto y mitad de los personajes. Directa o indirectamente hay aquí una sátira de las tendencias del mundo moderno pero también de sus reacciones, no se salva ni el apuntador.
Manteniéndose fuerte en la trinchera del minimalismo, cada vez más cercano al añorado Calpurnio, Qué no sorprenderá al lector por sus formas. Sin embargo, parte de su juego con los temas creo que sí que resulta interesante como mirada al extraño mundo de las expectativas que nos creamos.