Janne está en esa época de transición de la infancia a la adolescencia, en la que hay cambios importantes en la vida; cambian los intereses, las amistades, la escuela. Y en la que la presión social se incrementa, sobre todo cuando uno se sale de lo que se considera la normalidad. Janne empieza a sentir la presión social por culpa de unos kilos de más, una presión que al principio le provoca comer y ganar más kilos. Y luego llevar una dieta más allá de lo razonable hasta casi llegar a la anorexia. Unos problemas de trastorno alimenticios que lamentablemente son demasiado comunes en la adolescencia. Pero Jenny Jordahl (Noruega, 1989) no cae en el victimismo y no quiere presentar solo el drama sino mostrar algunas de sus causas y que es posible salir de ese pozo, a través de la amistad y de la familia, gente que se preocupa de verdad por su salud y que la estima por quién es y no por como es su cuerpo.
Jordahl construye esta historia con un dibujo muy claro, y con una sencillez que facilita la lectura del cómic, pero que está lleno de recursos muy bien llevados que ayudan a transmitir no solo todo lo que pasa sino lo que sienten los personajes, sobretodo Janne, a la que, por ejemplo, el trastorno se le aparece como una sombra monstruosa. El uso de páginas sin viñetas para romper la normalidad, splash pages y un uso del color que marca las transiciones entre lo que pasa y lo que se siente son otros de los recursos que usa con soltura y que cualquier lector llega a interpretar de forma intuitiva, consiguiendo una lectura ágil que sirve para que el lector se sumerja en la historia y llegué a empatizar con los problemas de la protagonista. Y este es el principal objetivo de Jordahl, dar visibilidad y concienciar sobre los trastornos alimenticios que cualquiera puede padecer y que muchas veces podemos contribuir a agravar con comportamientos sociales que deberían dejar de ser aceptados.
Un tebeo que ha recibido muchos premios en Noruega con razón y que debería estar en todas las bibliotecas escolares, una aproximación directa con final feliz que hace reflexionar sobre los trastornos alimenticios y contribuir a ser más empáticos ante ellos y quién los sufre. Otro acierto de Liana editorial editado en un formato de gran tamaño que quizás no fuese del todo necesario pero que incrementa las sensaciones que transmite.