Los pasados días 3, 4 y 5 de marzo tuvo lugar el GRAF Festival de cómic de autor y edición independiente, que llegaba a su quinta edición en la ciudad condal, novena si contamos las ediciones madrileñas. Los que han acudido alguna vez al GRAF suelen repetir. Si no se os has acudido todavía, está breve crónica -basada en hechos reales- os puede dar una idea de lo que allí se cuece y del por qué no deberías faltar a su próxima edición
Desde hace unos años la edición barcelonesa del GRAF se celebra en Fabra i Coats, un lugar idóneo para este tipo de eventos; una nave espaciosa con salas adyacentes para las diferentes actividades. Desde el viernes por la tarde hasta el domingo al mediodía estas salas rebosan de tebeos y de gentes que los aman y eso es algo que solo cruzar por la puerta -tras haber colaborado con el euro que cuesta la entrada- se empieza a percibir. En GRAF predomina una atmósfera de auténtico amor por los tebeos.
En la sala de expositores están las mesas dispuestas con todo el material a la venta, y lo primero que se nota es que la filosofía del festival es la horizontalidad, ningún stand editorial predomina por encima de los otros (no hay grandes carteles a modo del Saló del cómic). Para saber quién es quién no hay otro remedio que acercarse, lo que propicia el segundo elemento característico del GRAF: la proximidad. Hay que acercarse sin miedo a ver lo que se cuece, porque de hecho la mayoría de las cosas se cuecen allí.
Hay mesas de editoriales que ya son todo un referente en el ámbito de la novela gráfica como Astiberri, por la que van pasando autores para firmar sus obras con menos colas, eso sí, que en otros eventos y mucho más accesibles para entablar una conversación. O La Cúpula que además comparte mesa con la recién estrenada revista de la editorial: Voltio stand en el que puedes disfrutar del trabajo de los propios autores en fanzines o publicaciones con menos tirada.
En otras mesas ves colectivos de autores que son el presente haciendo sus experimentos, como por ejemplo Creaciones Panoli, donde puedes ver los fanzines más experimentales de Lorenzo Montatore, (candidato a autor revelación del Salón del Cómic de Barcelona de este año) o el primer fanzine de Alex Gutiérrez, coordinador de la revista Voltio (que en Snow Floke hace un homenaje a las tiras de cómic infantiles riéndose del amor platónico en el siglo XXI de mujeres fuertes). También puedes encontrar a Ana Oncina, superventas con sus Croquetas y Empanadillas, codo a codo con los colegas de Voltio, revista en la que por cierto también desempeña el papel de coordinadora.
Algunos de los humoristas de viñetas de éxito en internet también están presentes en GRAF, vendiendo sus chistes en bonitos libros impresos, como por ejemplo la gente agrupada en Gürtel Cómics. Y eso pasando por la mesa de Amaníaco y Diminuta, con una selección de clásicos que no desentonan con lo más nuevo, si tienes un rato para pararte sus editores tienen batallitas de sobra para contarte. Igual que el clásico fanzine el Naufraguito.
También hay espacio para los más jóvenes, estudiantes de Elisava o nuevos profesionales como los de Termita Press, que presentan su Medievo Medievo lleno de historias con aventuras y humor, o los de Nimio que cierran un ciclo. De fuera puedes ver lo bonito que hacen las cosas desde Francia, como la editorial Misma. O mirar las maravillas que sacan las editoriales generalistas de carácter independiente de aquí como Nórdica Libros o Impedimenta que acaba de sacar el último caramelo de Juan Berrio (Te Quiero). O las de cómics como Entrecomics que acaba de publicar la última novela gráfica de Peter Jojaio Febrero para Galgos, Apa-Apa con nuevas muestras de vanguardia como lo nuevo de Begoña García-Alén o Andrés Magán. Y si hablamos de vanguardia no puede faltar la mesa de Fulgencio Pimentel, que acaba de editar el útlimto volúmen de la trilogía Arsène Schrawen.
Esto es solo un ejemplo de lo que sería una primera aproximación; dos o tres vueltas más y te haces una buena idea de lo que se está cociendo en el mundo de los tebeos más novedosos. Pero te va a costar dar esos paseos, porque a cada paso te puedes encontrar con un autor, crítico, lector, con el que poder charlar. Y te será difícil que no conozcas a alguien y acabes en el bar de charla, o enfrascado en múltiples tertulias. Ahí surge otra de las ventajas del GRAF: no hace falta quedar, los encuentros suceden de forma natural.
Quizás pienses que es todo muy comercial (en sentido literal), pero no te preocupes, si no te apetece pasear por la feria siempre puedes ir a la sala de actos donde hay charlas más que interesantes para ponerse al día de como andan los tebeos más allá de los tópicos. O si no te puedes apuntar a un taller para aprender muchas cosas: desde cómo hacer un fanzine a como dar los primeros pasos para introducirse en el mercado americano. Sin dejar de lado la parte más lúdica, presentaciones de tebeos, que pueden tener sorpresa y acabar en concierto como el de Klari Moreno.
El sábado, dentro del certamen, tuvo lugar la ceremonia de entrega de los Golden Globos de Ilu Station amenizada con un concierto música electrónica a cargo de ESPAÑA FUTURISTA (Paco Alcázar) donde su particular humor sigue bien presente. Festival con fiesta, quien quiere más.
Te puedes pasar todo el día rodeado de autores y tebeos, aunque quizás sea recomendable hacer una pausa y visitar el entorno de Sant Andreu para avituallarse en condiciones y no tener que armarse de valentía frente a un bocadillo de hummus.
Pues eso más o menos fue la pasada edición del GRAF en Barcelona, un festival de cómics muy artesanal y muy cuidado por sus organizadores, un equipo que se complementa perfectamente y que están por todos los detalles durante el festival; les puedes ver de aquí para allà, siempre en algo, pero eso sí, siempre con una sonrisa disfrutando del resultado de sus esfuerzos.
Ganas de asistir a la próxima cita de GRAF, será en noviembre de 2017 en Madrid y si no el año que viene esperar al organizado en Barcelona.
Mientras tanto para matar el gusanillo todavía nos quedán en Barcelona: El Saló del cómic, el KBoom, el Gutterfest o las actividades relacionadas con la novela gráfica en Kosmópolis, esto no se para.