Aunque en la cultura popular el manga se asocie más a la acción y las aventuras (Akira, Dragon Ball), podemos encontrar historias de todo tipo. Sin embargo esta tendencia, a veces impulsada por las propias editoriales de manga que fomentan ante todo el shonen (manga dirigido a chicos adolescentes), hace que el josei pase desapercibido. Josei es como se denomina al subgénero de manga dirigido a mujeres, algunos ejemplos son Honey & Clover de Chica Umino, Paradise Kiss y Nana de Ai Yazawa, Blue de Kiriko Nananan o Gorda de Moyoco Anno (estos dos últimos licenciados también por Ponent Mon). Suelen girar en torno a protagonistas femeninas, aunque también podemos encontrar protagonistas masculinos (Kids on the Slope de Yuki Kodama), la mayoría tienen un carácter costumbrista y, si hay romance, se plasma de un modo más realista (Nieve en Verano de Haruka Kawachi).
Sin embargo, fuera de los ya nombrados, no hay demasiado josei licenciado en España. Ahora le toca el turno a Kyoko Okazaki (Tokio, Japón, 1963) con Pink y espero que en algún momento llegue también Helter Skelter, su manga más conocido e importante. Lo que más llama la atención de la obra de Okazaki es su dibujo: suelto, abocetado y a veces incluso tosco. No me malinterpretéis, nada de esto es malo, al revés, esta crudeza es perfecta para el tono de sus historias. Sus líneas son muy expresivas y transmiten muy bien el movimiento de la acción, mientras que las tramas recortadas en formas grandes y poco precisas crean el volumen de una manera muy interesante.
Pink trata sobre Yumi, una oficinista joven que, debido a la cantidad de comida que consume su mascota cocodrilo, empieza a prostituirse. Un día, tras estar con un cliente, se encuentra con su madrastra y el amante de ésta, Haruo. Yumi le sigue hasta su casa, se emborrachan juntos y Haruo le cuenta que su sueño es ser escritor. Cuando la relación entre ambos se afianza, un cliente le da a Yumi la semilla de una flor que cuando se abre hace que los deseos se hagan realidad. Haruo pide ser un gran novelista.
El manga mantiene estupendamente el equilibrio entre lo absurdo y lo sórdido
Este planteamiento parecido al del cuento de hadas, con la mascota inteligente, la madrastra malvada, la flor que cumple deseos, se mezcla con situaciones duras como el maltrato que sufre Yumi en su trabajo de prostituta. Sin embargo, el manga mantiene estupendamente el equilibrio entre lo absurdo y lo sórdido. El tono se mantiene ligero y sorprendentemente optimista gracias al personaje de Yumi, alegre, divertida y malhablada. Una protagonista poco inusual que, a pesar de estar caracterizada como alguien superficial y frívolo, la obra no se ríe de ella ni la ridiculiza en ningún momento, especialmente con temas delicados como el sexo o la menstruación. Además, podemos ver en él temas que se repetirán en Helter Skelter, como el culto al cuerpo femenino o el temor al envejecimiento y la pérdida de la belleza.
Pink habla de capitalismo y las cosas que tenemos que hacer para ganar dinero. También habla del amor, el amor que siente Yumi por su hermanastra, por Haruo o por su cocodrilo. Es un manga que se puede leer como un sueño, aunque, desgraciadamente, el sueño se acaba en la última página.