Kevin Huizenga (1977, Harvey, Illinois, E.E.U.U.) es, junto a Anders Nilsen o John Porcellino, uno de los pilares de esa especie de corriente que nació en Estados Unidos a finales de los noventa y que, a través del relato de la cotidianidad, era capaz de poner de relieve cuestiones ultraterrenas, en muchos casos cercanas a la reflexión filósofica. Historias alejadas de cualquier planteamiento grandilocuente pero paradójicamente capaces de provocar en el lector cierta sensación de vértigo existencial.
Parte de eso es lo que podrá encontrar el lector en El río de noche, un volúmen que recopila las seis entregas de Ganges, serie protagonizada por el personaje central de la obra de Huizenga; Glenn Ganges y que se publicaron originalmente entre 2006 y 2011 a través de Coconino Press (más dos entregas autopublicadas entre 2016 y 2017). En España solo se publicó el primer número (Ganges #1, Sins Entido, 2006). Este volúmen incluye material inédito que, curiosamente permite hilvanar las diferentes entregas de la serie, otorgando al libro cierto estatus de corpus gangiano. Este nuevo material funciona además como coartada perfecta para la relectura de los fans acérrimos.
Los capítulos, que se corresponden con las diferentes entregas que tuvo la serie, abordan cada uno de forma temática algunas de las obsesiones de su protagonista:
El presente, La capacidad humana para evocar el pasado, Los mecanismos mentales que desatan el insomnio, El tiempo y su cuantificación, El concepto temporal explicado a través de la geología y, en el último capítulo, la mezcla de todos los conceptos expuestos anteriormente pasados la trituradora de un cerebro que se revoluciona durante las noches de insomnio.
Todo a través de un dibujo sencillo que apuesta por la línea clara, con algún que otro desvarío gráfico totalmente justificado dentro de la narración y que pone de manifiesto lo que es una de las grandes virtudes de Huizenga: su enorme capacidad para mezclar lo sencillo con lo complejo sin necesidad de revestirlo de cierto virtuosismo gratuito.
Las idas y venidas mentales de Ganges son ya un clásico del cómic independiente americano, a algunos les tirará para atrás un cómic con una carta de presentación así, a otros el simple hecho de que sea capaz de remover inquietudes y de cuestionar certezas nos resulta un reclamo suficiente, sobre todo en un momento en que la sociedad vive sumida en cierto uniformalismo ideológico, sostenido en parte por las redes sociales. Ante la gran escasez de nuevos pensadores, las noches de insominio del bueno de Glen Ganges son un auténtico tesoro para aquellos que esten dispuestos a ejercitar su mente, claro.
