Llega la conclusión de La Balada del Norte con este cuarto volumen que cierra el relato que ha ocupado a Alfonso Zapico (Blimea, Asturias, 1981) durante los últimos 10 años. La rebelión obrera en las cuencas mineras asturianas ha sido sofocada con la mano dura del gobierno central y la ayuda del ejército, ahora ya solo quedan los cabos sueltos, la dura represión y el castigo ejemplarizante que debe caer sobre los rebeldes. Como de costumbre esas consecuencias van a ser peores para los más humildes. Los protagonistas de la saga andan escapados por las montañas y ya solo les queda huir del país por la frontera y buscar un nuevo destino en Francia o en Rusia, pero ahora cada uno mira por sí mismo y puede que sus planes se vean saboteados.
Más de mil páginas en cuatro tomos para retratar un episodio de la historia que es preludio de la Guerra Civil y que probablemente se ha olvidado por ese motivo, la última revolución obrera en Occidente, que fracasó pero dejó muchos posos en muchas personas. Esos posos, esas consecuencias son el centro de este tomo que cierra la saga. Zapico sigue presentando la historia con las escenas y los sucesos, y esas páginas de diario que resumen el contexto de las escenas, pero sin olvidarse que el lector quiere seguir las vidas de los protagonistas de la saga, y a ellos se dedica, esos personajes de ficción pero que retratan tantos protagonistas de la historia real que nunca aparecen en los libros, las personas que sufren los acontecimientos a pie de calle. Lo hace con ese dibujo en blanco y negro, con esa soltura que le permite dar tanto detalle a los personajes como a los fondos y los escenarios, que tienen también mucho protagonismo, un estilo ya afianzado de un autor que ya cuenta con un premio nacional en su haber.
Finaliza una de las sagas más importantes del cómic español de los últimos años, y lo hace sin defraudar, dejando una obra que explica muchas cosas que muchas veces se olvidan en el relato oficial, una saga histórica que poco a poco va siendo también conocida en otros idiomas y que desde la ficción de sus protagonistas recupera memoria histórica y nos recuerda que a veces las revoluciones son necesarias aunque estén destinadas a fracasar.
