El designio (Autsaider Comics, 2024), la primera colaboración entre el escritor Javier Pérez Andújar (Sant Adrià de Besós, Barcelona, 1965) y Laura Pérez Vernetti (1958, Barcelona), referencia histórica del cómic realizado por mujeres, destila transparencia, honestidad y sentido del humor. Su resultado es la suma de dos formas de observar el mundo y de estar en él. Es, también, un desparrame de referencias culturales, mitos populares y, sobre todo, un canto de amor a una ciudad cautivadora –posiblemente herida, atravesada por una pandemia, el turismo y otras entelequias que llegaron con el s.XXI –: Barcelona.
Javier Pérez Andújar es escritor, articulista y cronista radiofónico, cocreador del fanzine Flandis Mandis y colaborador en Mondo Brutto, con el que El designio mantiene evidentes lazos en algunos temas, como la predilección por referentes de la cultura popular, la música y el costumbrismo ibérico más bizarro. Asimismo, Javier es una de las voces más interesantes surgidas de la literatura barcelonesa. Autor de novelas como Los príncipes valientes o Paseos con mi madre, recibió el Premio Herralde 2021 con El año del Búfalo y el Premio Ciudad de Barcelona 2014.
Por su parte, Laura Pérez Vernetti es una de las autoras más representativas del cómic para adultos. Curtida en la revista El Víbora, en la que comenzó a publicar en 1981, en sus inicios su trabajo aportó una mirada libre y personal sobre el erotismo y la sensualidad femenina. Posteriormente, como historietista, también se ha centrado en autores como Hawthorne, Kafka o Marcel Schwob, así como en el cómic experimental con colaboraciones en El ojo clínico y Medios revueltos. Es autora pionera de la nueva vía narrativa en el cómic de la poesía gráfica, con varios álbumes dedicados a poetas como Maiakovski o Baudelaire, entre otros. Precisamente, durante este mes de mayo participará como invitada en unas jornadas de estudio organizadas por la Universidad de Montpellier que llevan por título La adaptación de la poesía a la banda dessinée en castellano.
Ambos confluyen en la literatura como espacio catalizador expresivo, un cruce de caminos que los ha embarcado en esta aventura y cuyo resultado es un álbum fresco, renovador, que reivindica el underground y una Barcelona sin turistas, la de los bajos fondos, la que nunca se dejó domar por las políticas municipales.
Como ya habéis comentado en ocasiones recientes, El designio surgió cuando tú, Javier, escribiste una historia para que Laura la dibujara en cómic. Laura, ¿cómo reaccionaste a esta propuesta? Y, Javier, ¿por qué Laura y no otra ilustradora?
JAVIER: Me gusta su underground. Su dibujo. Su estilo profundo y como de grabado de primeras vanguardias. Y como me hace soñar, me hace escribir.
LAURA: Me entusiasmó el guion de Javier Pérez Andújar porque comprobé que conocía al dedillo mis cómics y que me había escrito un guion a mi medida. Hemos trabajado juntos en El designio durante tres años, revisando cada día bocetos y bocadillos y, la verdad es que nos hemos llevado muy bien todo este tiempo.
El designio combina de forma muy fluida gran parte del universo personal de cada uno de vosotros: la línea gruesa y el negro contundente en el dibujo de Laura junto al humor y los juegos de palabras de Javier que nos trasladan a los tebeos de Bruguera, a la literatura, a la cultura popular…. ¿Cómo habéis logrado que el resultado final saliera tan natural y fresco?
JAVIER: Escribíamos con la máxima inmediatez. Era un toma y daca diario. Laura mandaba dibujos sobre el guion y yo reescribía los bocadillos en función de su nuevo punto de vista. Así, sin parar cada día, con la tensión de la creación permanente. Hasta rallarnos y reescribir cuatro o cinco veces el mismo bocadillo en un día, hasta que yo veía que todo estaba acorde con lo dibujado. Cada día así, durante tres años.
LAURA: Nos ha salido un lenguaje gráfico y literario fresco y fluido porque guionista y dibujante estábamos disfrutando mientras creábamos este tebeo. Cuando un guionista o un dibujante disfrutan creando un tebeo se nota esa alegría en el trazo del dibujo, en los personajes, en los diálogos tronchantes o poéticos, etc.
¿Cuánto hay de Laura en el guion de Javier y cuánto hay de Javier en las ilustraciones de Laura?
JAVIER: La amistad y el compañerismo fluye de la una al otro. Hay un trabajo permanente. Los dibujos son totalmente de Laura, y el guión lo hice yo, y luego todo se conjuntó como pasa con los planetas.
LAURA: Están muy bien entrelazados los mundos personales del escritor Pérez Andújar y de la dibujanta Pérez Vernetti. Nos respetamos los dos mucho como autores y como personas y nos interesa mucho la obra del otro.
En la presentación del álbum en Barcelona, explicasteis que vuestra forma de trabajar fue tipo work in progress. ¿Cómo influyó esto en el resultado final, tanto en el texto como en las ilustraciones? ¿Cambió la historia inicial?
JAVIER: La historia es la original. No cambió nada y sin embargo cambió cada viñeta. Fue decir lo mismo con las mejores palabras que fabricamos para cada escena. Por palabras se entiende todo lo que se ve en cada página.
LAURA: Al final, la técnica de creación del work in progress lleva más tiempo que el ritmo habitual entre guionista y dibujante de entrega del guion y luego ponerse a dibujar ese guion. Nos pareció a los dos que no teníamos ninguna prisa en acabar cuanto antes este álbum y que, si nos deteníamos, página a página y revisábamos, y redibujábamos o reescribíamos cada página, resultaba que así se mejoraba la narración de la historia en El designio.
Que El designio esté ambientado en la Barcelona postpandémica le aporta esa atmósfera apocalíptica que predominaba en muchos cómics de los años 80, en parte como resultado de la inestabilidad social y política de aquellos años. ¿Es algo que podríamos aplicar a la situación del presente o es solo una elección estética?
JAVIER: Seguimos en la Barcelona postpandémica. Y postrecesión internacional económica, y post15M, y post todo, y, aparentemente, preconflicto bélico mundial. No es que esto vaya a suceder, pero vivimos un clima que permite temerlo. Vivimos en tiempos post, pero sobre todo, tenemos una edad post. Por lo menos, yo. Laura es moderna non stop.
Seguimos en la Barcelona postpandémica. Y postrecesión internacional económica, y post15M, y post todo. Vivimos en tiempos post
¿Cómo vivisteis vosotros aquella Barcelona de la década de los ochenta, cuando el cómic underground, cuya vocación comparte El designio, estaba en su cota más alta?
JAVIER: En el paro. Sin dinero para comprarme tebeos, solo alguno de vez en cuando. Y sin saber si podría salir adelante, sin tener ni idea de cuál iba a ser mi futuro pues no veía grandes opciones. Solo veía puertas cerradas. Ni siquiera sabía cómo dedicarme a lo que más me gusta, y de hecho tardé veinte años en poder hacerlo. La gente en las fotos de las revistas eran modernas, con hombreras y flequillos con ondas, pero en mi realidad nadie iba así. Todo era peña intentando salir a delante, buscándose la vida y viendo cómo los amigos caían como moscas en las peores enfermedades sin que nadie supiera ayudarles.nLos 80 fueron una puta mierda, y solo les fue bien a quienes ya les iba bien de fábrica.
LAURA: Fue una década difícil para los historietistas a nivel económico y más aún para una mujer historietista cuando en toda España tan solo había tres o cuatro autoras. Por otro lado, fue la década del sida y del gran consumo de heroína entre los artistas con las consiguientes muertes de muchos amigos y conocidos.
¿Cómo fue, Laura, el ser una de las pocas autoras de cómic para adultos en aquellos años?
Fue muy duro comenzar en los años 80 como autora de cómics. De hecho yo comencé a publicar en El Víbora en 1981 y firmaba con el pseudónimo MARACAIBO porque pensaba que me podía perjudicar firmar mis historietas con un nombre de mujer.
Las autoras cobrábamos menos y debíamos esperar un montón para ver publicadas nuestras historietas. A pesar de todo, El Víbora fue una de las pocas revistas de cómics que publicaron en los años 80 a mujeres historietistas.
La mayoría de los personajes parecen creados desde la misma perspectiva expresionista y deformadora que Laura utiliza en su dibujo en blanco y negro: hay un enano, una manca, una tarotista, un sacerdote que realiza exorcismos… ¿Qué te ayudó, Javier, a crear este enfoque?
JAVIER: Son también mis personajes. Es la influencia literaria de la que procedo. Son tan grotescos porque proceden de lo que Valle-Inclán llamó “el esperpento”. También están reflejados en los espejos deformantes del callejón del Gato, como dijo Valle que había hecho con los suyos. Este caricaturismo procede de la primeras narrativas hispánicas, ya está en La Celestina cuando dice que a su paso los martillos de los herreros golpean al ritmo, silabeando, las palabras “puta vieja”, para gritárselo, y también está en el ciego del Lazarillo, y en el Domine Cabra del Buscón de Quevedo. Luego, todo eso va a parar a Bruguera, porque los dibujantes y redactores de Bruguera habían tenido una formación escolar buena, y no habían crecido viendo los Teletubbies.
Javier, ¿cuánto hay del espíritu de Flandis Mandis y Mondo Brutto en El designio?
Es el único espíritu que tengo. Hay todo, por tanto. La cultura popular como rebeldía y conocimiento, y la autoironía. Descubrir que yo era así se lo debo a los amigos de Mondo Brutto. Ellos me sidhartizaron, me dieron la mística y la luz negra que buscaba, justo en el momento en que más lo necesitaba. Y también, al mismo tiempo, los mismos días, la poesía de Roger Wolfe.
¿Cuánto crees que queda, Laura, de la herencia de los cómics underground de la década de los ochenta en el presente?
Creo que el underground es una de las corrientes en el cómic actual y, de hecho, la editorial Autsaider Cómics, que nos ha publicado El designio, tiene varios álbumes underground de autores actuales.
Otra pregunta para Laura: en una entrevista en Tebeoesfera comentabas que —cito— “la forma es pensamiento”, y que no te parecía honrado expresarte en el mismo estilo en una historia cruel sobre la guerra civil igual que en otra sobre erotismo hedonista. ¿Cómo ha sido el planteamiento que has seguido en El designio?
El guion de Andújar merecía un dibujo acorde a su personalidad literaria y a su mundo personal y lo dibujé de una forma particular, con un grafismo diferente para cada historia que Javier escribió dentro del guion general.
Un dibujo a lápiz y suelto para el diario de Maravillas, un dibujo onírico y expresionista para el deambular del Largo por las calles de Barcelona, un estilo gótico para el poema medieval, un estilo de caricatura y humor para la secuencia con ecos de Bruguera de la peña andaluza, etc.
Me encanta la viñeta en la que “el monstruo” y su madre caminan por un descampado y, al fondo, vislumbramos los bloques de la ciudad, la cual no sabemos si termina o empieza ahí. Me recuerda al descampado de una película de Almodóvar de los años 80 donde una abuela y su nieto solían pasar el rato. Aunque quizás esté imaginando demasiado, ¿no? Precisamente, eso me parece muy bien conseguido en El designio: la capacidad para imaginar otros mundos posibles que ofrece a los lectores.
JAVIER: La madre y el hijo están basados en una madre y un hijo de Sant Adrià, mi ciudad, que eran bastante parecidos a cómo los ha representado Laura, sin saberlo. Iban siempre juntos de esa manera, con esa soledad, con ese misterio, y con esa provocación de la pobreza sin remisión. Corría el rumor de que eran instruidos, y que vivían en una especie de cueva que había en el barrio de La Catalana. Todo el mundo se fijaba en ellos. Con admiración, desconcierto y fascinación, jamás con desprecio.
LAURA: Para la viñeta del descampado con la madre y el hijo me inspiré en los descampados del barrio de Belvitge de Barcelona y estuvimos barajando Andújar y yo, en un principio, poner esta viñeta como portada. Pero al final la portada representó a los diferentes personajes de El designio con carteles de las calles de Barcelona.
–Pregunta obligada: ¿Veremos pronto más cómics o tebeos con el nombre de “Los Pérez” en la portada?
JAVIER: ¡Claro que sí!
LAURA: Volveremos a colaborar, seguro, Los Pérez.
