No sabía que esperarme exactamente de esta novela gráfica de ciencia-ficción, de la que se adivinaba una temática sobre los límites éticos del progreso científico, que pronto desemboca en un thriller que personalmente creo que tira de recursos y lugares comunes del culebrón (y también de la ciencia-ficción).
Molly y Hank son dos ancianos que deciden someterse a un proceso de reestructuración celular. Este es el punto de partida de una historia que donde brilla más es en el desarrollo psicológico de los personajes (y sus interacciones) con la oportunidad que le brinda la premisa que se desarrolla tras su arranque, una suerte de exploración del qué nos hace ser lo que somos y una reflexión sobre qué significa eso de la “mejor versión de nosotros mismos”. Muy atractiva en su desarrollo pero siempre desde unos giros en los que el planteamiento de las preguntas esenciales se pierde frente al desarrollo del thriller y un drama muy teatral que al final es el que gobierna la historia. Y en ese sentido, Upgrade soul cumple.
Ezra Claytan Daniels adopta inteligentemente una narrativa que se apoya con frecuencia en la serie de viñetas apaisadas que por un lado, aporta cinemática pero también deja espacio para situar a los personajes y marcar bien sus distancias, uno de los recursos más sutilmente expresivos del cómic.
